El campamento La Cruz, de Quinta Normal, surgió a fines del año pasado y lo forman más de treinta familias migrantes, principalmente colombianas que no la pasan bien debido al hacinamiento.
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Los juegos infantiles, construidos artesanalmente, y los niños revoloteando por el lugar alegran el paisaje en una toma donde es difícil cumplir con una de las recomendación básicas para evitar contagios de coronavirus: el lavado de manos es una tarea compleja, pues no hay agua potable. Lo que sí sobran son la cesantía y las carencias.
La Cruz fue uno de los diez campamentos de la Región Metropolitana elegidos por la Organización No Gubernamental (ONG) “Primera Necesidad” como destinatario de su ayuda en alimentos. Esta ONG fue formada recién en marzo de este año por un grupo de profesionales jóvenes y estudiantes, con el fin de ayudar con cajas de alimento y organización de ollas comunes a más de 400 familias y cerca de dos mil personas, bajo la consigna “Primera Necesidad”.
Ismael Valdés, futuro ingeniero comercial, y su amigo Sebastián Correa gestaron el proyecto, que comenzó a repartir canastas familiares en estos diez campamentos mucho antes de que el Gobierno concretara su proyecto “Alimentos para Chile”, anunciado a mediados de mayo por el Presidente Sebastián Piñera.
“En estos campamentos uno percibe mucho dolor. Hay hambre y también una seria frustración. Hay poco apoyo, o no el necesario, y por eso se presentan el dolor y la ansiedad… En uno de estos lugares una dirigenta nos comentó que la única protección con la que contaban éramos nosotros. Eso es fuerte”, dice Ismael Valdés.
La iniciativa “Primera Necesidad” nació en tiempos de pandemia de covid-19 y como una respuesta a sus secuelas socioeconómicas.
“Lanzar un proyecto en tiempos de covid-19 no es tan simple, pero lo armamos con decisión. Somos un equipo multidisciplinario, con varios amigos, algunos profesionales y otros en vías de recibirse. Detectamos los campamentos que quizás necesitaban una atención mayor, más allá de que los 90 campamentos de la Región Metropolitana requieren atención urgente”, añade Ismael Valdés.
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Las cajas que reparten contienen alimentos no perecibles en cantidades que están pensadas para una familia de cuatro personas y para do semanas.
Además de ayudar a La Cruz, la ONG le tiende su mano a los campamentos San Ignacio de Quilicura, Jorge Inostroza de Huechuraba, Melón Esperanza de Quinta Normal (el primero en el que organizaron ollas comunes), Central Hidroeléctrica de La Florida, Estación Lonquén de Isla de Maipo; Enrique Carrasco de Paine, Los Algarrobos de Til Til, Los Paltos de Buin y el histórico Ribera Sur de Colina, surgido en 1982 bajo dictadura militar y en medio de la recesión económica que por entonces sufría el país.
“Primera Necesidad” se financia solo con donaciones, principalmente depósitos que hacen particulares a través de su sitio web (www.proyectoprimeranecesidad.cl), aunque también han recibido algunos aportes en mercadería de algunas empresas.
“En general, todo lo compramos nosotros. Armamos las cajas, las dejamos en cuarentena durante 48 horas y las vamos a entregar. También hay empresas que nos donan papas o frutas, pero lo básico son las cajas, que vamos entregando cada dos semanas. Partimos mucho antes que el Gobierno, en marzo”, explica Ismael Valdés, coordinador del proyecto, quien también se refiere a los resguardos que toman para evitar la enfermedad.
“En los campamentos sí hay contagios, pero tenemos un protocolo para hacer entrega de estas cajas. Vamos bien equipados y protegidos, porque además lo menos que queremos es llevar el virus a los campamentos”.