«Es algo que uno no tiene dónde buscar ejemplos, no hay dónde amararse. De alguna manera, cada uno va viendo su propio ejemplo. Cada equipo tiene plataformas para entrenar con los jugadores en diferentes áreas. Nosotros nos mantenemos en comunicación con ellos para saber de su estado de salud y emocional. Ya llevamos algo más de seis semanas en eso y, si bien ha sido difícil, lo es para todos, no sólo para los futbolistas: lo es para el país y para la humanidad… Tenemos que adaptarnos y, ojalá, cooperar para que todo esto pase lo antes posible».
PUBLICIDAD
Así analiza Hernán Caputto el momento que se vive actualmente producto de la pandemia. El técnico de Universidad de Chile se mantiene trabajando intensamente, diseñando el presente y el futuro inmediato, además de mantenerse alerta de las necesidades de sus jugadores en este periodo donde, por ejemplo, le ha tocado lidiar con el complicado momento familiar de Walter Montillo, quien ha sufrido la pérdida de su abuelo y de su padre a la distancia. Aunque el entrenador laico prefiere no ahondar en el asunto, se nota que está encima de los detalles, para contener a sus huestes en estas circunstancias, para encarar la «nueva normalidad» tan pronto se concrete en su ámbito profesional.
La U tiene a su médico, Fernando Radice, en la subcomisión sanitaria que está a cargo de establecer los protocolos para el retorno del fútbol. ¿Cuál es la información que manejan?
-El doctor Radice nos mantiene informado. Se le informa y nos informa. Es importante que tengamos los protocolos y, cuando volvamos, los tengamos muy en cuenta. Así también se entiende desde el Ministerio de Salud. Esperamos que se dé el tiempo para empezar a entrenar. Lógicamente, más allá de que es nuestro trabajo, hay otras prioridades. Mientras tanto, nos mantenemos entrenando, teniendo claro lo que hay que hacer y todo lo que va a cambiar de acá en adelante, para la seguridad en los temas de salud, respecto de todos los cuidados y la manera de entrenar
¿Siente que esos cambios en las formas de entrenar pueden ser a largo plazo?
-En el corto plazo, sí, porque ahora mismo debemos adaptarnos a algunas medidas lógicas, como es entrenar con grupos más pequeños, con trabajos diferenciados, no tan colectivos ni tan tácticos, pero es parte de… Eso va a ser visto de manera prolongada, teniendo todos en cuenta lo que acontece. No podría aventurarme respecto de qué va a pasar a largo plazo, pero -en el corto- veo que tenemos que ir de a poco, teniendo en cuenta los entrenamientos lo físico, técnico y táctico, cuidados sanitarios, que no haya contagios, para ver cómo vamos avanzando.
¿Han hablado de los problemas que se pueden presentar si vuelve la competencia? Si, por ejemplo, se contagia un plantel entero. Hoy, no hay mayores referencias en otras ligas.
PUBLICIDAD
-Sinceramente, no es algo que se haya conversado a cabalidad; se ha hecho, pero no respecto de las resoluciones a tomar. Seguro que se tratará de llegar a un consenso entre todos los estamentos que componen el fútbol: jugadores técnicos, médicos, Anfp. Esperemos que no suceda, pero, por el momento, no hay una propuesta a ese respecto en particular. En el club, decidimos en conjunto, y lo hablaremos en su debido momento. Nos estamos reuniendo para ciertos temas, y eso no es algo que se haya tocado como prioridad.
¿Tienen, como cuerpo técnico, alguna preferencia en las posibilidades que se presentan para terminar el campeonato?
-No es fácil de contestar hoy, porque puede ser que se comience el torneo en julio o agosto, pero no hay certezas. Lo mismo está pasando con la pandemia: no sabemos cuándo volverá a la normalidad parte de nuestras vidas. Tampoco podría saber cómo va a ser el torneo o cómo me gustaría que sea. Espero que se pueda seguir el jugando, ojalá lo antes posible, pero hoy no es prioridad. La salud es lo más importante, y tener seguridad que se pueda jugar el torneo; después se verá cómo se juega y nos atendremos a lo que resuelva la Federación y la Anfp, que toma las decisiones con los clubes.
¿Cómo afectan estas siete semanas de inactividad? En el retorno al trabajado colectivo, ¿se empieza de cero?
-Va a afectar a todos, porque es un juego colectivo. Por lo tanto, hoy se entrena de manera individual, y los jugadores lo hacen de muy buena manera y muy profesionalmente, que es lo que puedo decir de nuestro equipo. Y, lo que he visto de otros, entrenar igual. Pero, como es un juego colectivo, debemos tener un tiempo importante antes de recomenzar el torneo, para ajustar piezas tácticas que se trabajan en lo colectivo. La suspensión ha sido más prolongada de lo que pensamos en principio, habrá que arrancar con algunas cosas nuevamente, pero no se parte de cero, ya que -al menos respecto de nosotros- hay cosas adquiridas que ya las tiene el equipo. Además, hay comunicación directa con los jugadores, estamos viendo ciertos temas de lo que fue esta parte del torneo y la visualización va ser muy importante, porque es la que asemeja a los entrenamientos o partidos. Esperemos que haya un tiempo prudente antes del comienzo del torneo porque todos los equipos lo vamos a necesitar.
Tomó el equipo ha principios de julio de 2019. Entre el estallido social y esto, le han tocado meses particularmente convulsionados, con más periodos sin competencia de lo normal…
-Si, ha sido un tiempo complicado. El año pasado, le pasaron cosas a Chile, y ahora a toda la humanidad, no se puede escapar de lo que sucede. Lo del año pasado, llevaba unos meses en el cargo, pero siempre, en lo personal y como cuerpo técnico, nos hemos preparado para afrontar los desafíos y responsabilidades. Creo q todo lo que ha pasado es un gran aprendizaje. Lo tomo así. Me tocó conducir entrenamientos ahora, con el estado actual, y el del año pasado, con las circunstancias del país. Fue muy difícil. Reitero la importancia del profesionalismo de los jugadores, porque nunca paramos de entrenar, ni ahora ni el año pasado. Te mantiene siempre atento y con mucho aprendizaje y conocimiento de los temas que hay que pasar. En algún momento dije que todo esto era un aprendizaje rápido y constante, y de eso se trató. Teníamos que resolver cosas que no eran solamente en el campo, sino que mucho más en lo emocional. Nos apoyamos en diferentes áreas. También me ayudé por ellas, sobre todo la psicológica, que creo mucho en ella porque sostiene cualquier entrenamiento. Un jugador puede trabajar muy bien técnica, táctica y físicamente, pero la parte emocional es la que sostiene todo.
Más allá de los nombres, ¿qué cambió en el equipo, que se ve mas fuerte, sobre todo en lo psicológico?
-Un cambio fundamental es que, cuando se llega a un equipo, a veces te toca armar el plantel, con los jugadores que uno pretende y, en otras, toca estructurar con los jugadores que ya están. Agradezco haber tenido esa oportunidad que se dio el año pasado, y el profesionalismo de los jugadores. Este año se armó estando yo como entrenador, teniendo consenso con los dirigentes y con los directores deportivos respecto de las contrataciones de jugadores, teniendo en cuenta el modelo de juego, lo que queremos del equipo, la identidad. Con el conocimiento casi total de quienes están, ayuda en el andamiaje y la estructura del equipo. Después, el juego es porque los equipos van generando confianza en la medida que se dan los resultados. Eso fortalece las convicciones del trabajo.
¿Qué le parece que Marcelo Díaz anuncie que quiere volver el próximo año?
-Lo de Marcelo es algo lógico. Acá hay un tema que es importante: la “U” es un equipo donde todos quieren venir. Lo que generó la estadía de “Marce” acá también lo es, porque se formó en este equipo, lo quiere, logró cosas muy importantes. Los jugadores evalúan también momentos de su carrera. Como Marcelo, también lo hizo Walter (Montillo), con quien se dio la posibilidad de volver en circunstancias que ansiaba poder hacerlo. Me parece perfecto que tenga la intención y las ganas de venir.
¿No te mete presión, diciendo además que son amigos?
-No, porque no mezclo las cosas profesionales con las sentimentales. Aparte, a Marcelo lo conozco muchísimo, compartimos y sé sus sentimientos son reales hacia el club y también sabemos de sus capacidades futbolísticas. Siempre es bueno que jugadores de su calidad quieran venir al club, como otros. Bienvenidos sean. Ya será el momento y se verá, porque son cosas que no las resuelve uno solo.
¿Es el tipo de mediocampista que le gusta?
-Sí, es un jugador cuyas capacidades son indudables como para decir que a un entrenador no le gusten. Independiente de eso, hablar de suposiciones, hoy, no es bueno ni sano para el plantel. Sin embargo, comparto lo que ha dicho y sus intenciones de volver. Creo que la “U” es un equipo que realmente te queda marcado en la piel, y es natural querer volver a los orígenes: eso desean todos los jugadores que han pasado y quieren a este club.
Llegó a la “U” a trabajar en series inferiores, pero a los pocos meses se tuvo que hacer cargo del primer equipo. ¿Era el momento apropiado en lo personal y profesional?
Los momentos se dan cuando tienen que darse. Y siento que las oportunidades llegan en la vida en los momentos que, a veces, uno no quiero, pero pero hay que estar preparado. Así se marcó mi carrera como jugador, y así la pensé siempre como entrenador, siempre capacitándonos como cuerpo técnico, como entrenador, y sabiendo que los momentos pueden llegar y hay que estar preparado, porque no hay segundas oportunidades. Esa es la realidad. No hay segundas oportunidades para una primera opinión. Por otro lado, tuve un periodo exitoso de selección cuando vino esta posibilidad de volver a la “U”, institución que quiero mucho. Se dieron circunstancias que me tienen acá. Llevo un tiempo, siempre en crecimiento. Uno tiene que aprovechar los momentos y estar plenamente capacitado y preparado.
¿Era su plan dirigir a adultos? Hay técnicos que tienen vocación de formadores…
-Sí, en algún momento pensaba en dirigir profesionales, como la mayoría de los técnicos. Tal vez no esperaba que fuese tan pronto, pero como uno está preparado y cree estar listo, independiente de que se está en aprendizaje cada día y que siempre falta por aprender, toda la vida, porque es mi manera de ser… Nos agarró en un momento emocional importarte como cuerpo técnico, porque habíamos logrado cosas importantes en la selección, llegamos a un club que quiere mucho todo el staff técnico porque teníamos vinculación directa con él, conociendo la pasión que significa estar acá. Aceptamos la propuesta y acá estamos. Siempre digo que cada día es un aprendizaje, y lo más importante son los jugadores que es lo que te hace mejorar cada día.
¿Cuál sería un buen resultado para esta temporada?
-Lo primero es que podamos recomenzar el torneo y seguirlo. Que haya salud. Y, en el equipo, hacer un buen torneo, como siempre lo merece Universidad de Chile. Estar en los puestos de avanzada. Lucharemos para estar siempre arriba y es, como corresponde a la historia de la “U”, luchar por más. El principal objetivo es tener a la “U” lo más alto posible en la tabla, y eso significa mirar competencias internacionales. Pero queremos crecer como equipo, afiatarlo y generar una ecuación importante, seguir construyendo la identidad de este equipo, que es muy buena ya que la mística que tiene este club es gigantesca.
Por último, ¿qué le parece la situación que vive Colo Colo, con la dirigencia y el plantel enfrentado?
-Puedo hablar de la “U”, que es lo que a mí respecta. Hubo un acuerdo, que fue muy rápido y, principalmente, con mucha conciencia y voluntad de todas las partes para generar rápidamente el acuerdo. Eso es muy importante: que haya consenso y voluntad, y así se vio.
Pero, como técnico, muchas veces son el jamón del sandwich entre jugadores y dirigentes. No debe ser fácil volver a trabajar así, tratando de ser mediador de un conflicto…
-Es importante tener buenas relaciones, independiente de que hay intereses de por medio siempre. El estado actual te genera mucha conciencia y el equipo (de la “U”) siempre la tuvo, la tiene el club, y hay una muy buena relación con todas las áreas del club, y así se ha notado. Llegamos a acuerdo en una semana y eso beneficia las relaciones -sin ninguna duda- para todo lo que hay que afrontar.