Gracias a inteligencia artificial y al Dark Energy Camera (DECam) del telescopio Blanco del Observatorio Cerro Tololo, chilenos descubrieron una semana de observaciones y año y medio de procesamiento de datos, 4.500 nuevos asteroides entre el Marte y Júpiter.
La investigación, que tiene dentro de sus objetivos el avanzar hacia el estudio del génesis de nuestro sistema solar, se acaba de publicar en la revista Astronomical Journal.
“Hasta hace muy poco la astronomía realizaba la mayor parte de las observaciones del cinturón de asteroides – una zona ubicada entre los planetas Marte y Júpiter con literalmente decenas de miles de objetos errantes- fundamentalmente apuntando los telescopios en la zona de mayor abundancia de ellos, es decir, en el plano de la eclíptica que es la franja donde giran los planetas alrededor del Sol“, así lo explica José Peña, estudiante del Doctorado en ciencias mención astronomía FCFM de la Universidad de Chile.
No obstante lo anterior esta investigación utilizó observaciones hechas en una zona distinta, lejos de la eclíptica. “Encontramos 5700 asteroides donde 4500 eran completamente nuevos y en su mayor parte eran de dimensiones menores a 10 kilómetros de diámetro.”, explica el también investigador del Centro de Excelencia en Astrofísica CATA y del Instituto Milenio de Astrofísica MAS.
Nuevos desafíos
El científico explica que “un parámetro típico para analizar la composición de los asteroides es el color, que mide las diferencias de brillo de estos cuerpos en diferentes rangos de luz”. De ahí la importancia lo preciso de las mediciones para hacer mapeos masivos en grandes porciones del espacio.
“Lo que aprendimos con esta investigación fue que para obtener datos relevantes de los objetos, debemos hacerlo con intervalos de observación inferior a un cuarto de hora. Este tiempo no es antojadizo ya que los asteroides giran causando que su brillo cambie, afectando el color observado. Aprendimos que observando en menos de 14 minutos este giro es lo suficientemente pequeño para no dañar por completo el color medido.”, dice el investigador del CATA.
Luego del masivo descubrimiento en el Cinturón de Asteroides, los científicos chilenos girarán su telescopio hacia las lunas de los planetas más alejados del sistema, como Saturno y Neptuno ¿Su misión? identificar si éstos satélites pudieron ser en realidad asteroides de grandes dimensiones que quedaron atrapados en la fuerza gravitacional de dichos cuerpos celestes, y hasta el día de hoy giran entorno a los mismos.
«Hay un tipo de estos objetos que se cree eran asteroides que quedaron atrapados por el planeta (es decir, eran cuerpos independientes pero en algún momento de su historia pasaron cerca del planeta tal que quedaron girando alrededor de él). Con métodos parecidos a los utilizados al analizar los asteroides se espera ver semejanzas entre estas lunas y otros asteroides del Sistema Solar, dándonos pistas del posible origen de estas lunas».
Según César Fuentes, este trabajo “demuestra cómo la inteligencia artificial permite analizar datos masivos de todo tipo, reciclándoles con fines distintos a los originales”. Además señala que “la utilidad de este resultado informará la forma en que el observatorio Vera Rubin (ex-LSST) deberá observar”.