La reserva nacional de Shaba en el centro de Kenia, hace unos días sufrió una invasión; y no precisamente de los animales que se encuentran dentro del parque; si no de langostas. Estos insectos voladores similares a los saltamontes; viajan en bandadas de hasta 150 millones y pueden recorrer un poco menos de 150 kilómetros al día. Esta nueva ola de insectos, está generando preocupación en la población; ya que, aunque poseen el tamaño de un dedo; producen una gran devastación a su paso; arrasando con las zonas verdes y devorando los cultivos.
El asesor para alerta, acción, preparación y respuesta temprana de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Sergio Innocente aseguró que es la peor situación registrada en los últimos 25 años en Somalia y Etiopía, y la peor en 70 años en Kenia. Esta nueva amenaza, podría aumentar los riesgos en la seguridad alimentaria en países que mundialmente se consideran vulnerables.
Según la FAO, los efectos que está generando la plaga aún no se pueden contabilizar, por lo que de momento, se cree que no hay un gran impacto en los cultivos. Pero si la situación empeora, lo cual es lo más probable, se corre un riesgo inminente en las cosechas de los próximos meses.
La langosta del desierto, es considera una de las más peligrosas del planeta; debido a que modifica su conducta y aspecto en respuesta a las condiciones del ambiente. Un insecto adulto, puede consumir aproximadamente su propio peso en alimentos a diario (unos dos gramos). Un enjambre pequeño consume la misma cantidad de alimentos al día que unas 35.000 personas. Uno de los enjambre que azota a África, se ha registrado que medía unos 60 kilómetros de largo, por 40 kilómetros de ancho; así lo aseguró un comunicado de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo del país.
¿A qué se debe este fenómeno?
Debido a las consecuencias del cambio climático, ha llovido en abundancia en diferentes zonas del noroeste de África; esto provoco inundaciones en algunas zonas, lo que es favorable para la reproducción de las langostas. La FAO, cree además que los fuertes vientos, también ayudaron a transportar a estos insectos desde una zona a otra.