Nacional

La lucha generacional tras el conflicto de la PSU

A raíz de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) se generaron diversas manifestaciones y debates. Algunos apoyaban a los jóvenes movilizados que llamaban a boicotear la prueba, otros no. Si bien, las diferencias de opinión pueden generarse por diversos factores, podría existir una cuota generacional. Así se ve en la última encuesta Cadem, donde en la pregunta sobre apoyar las tomas como forma de protesta, se vio un fenómeno curioso. Aquellos que tenían entre 18 y 34 años apoyaban la acción, mientras que quienes tenían entre 35 y 54 años, no.

¿Diferencias entre millenials y centenials, versus generación X y babyboomers? Otro round de características similares se observó esta semana entre Víctor Chanfreau, vocero de la Aces y el periodista Daniel Matamala. El periodista publicó una columna de opinión mediante la cual critica el boicot a la PSU y a las dirigencias estudiantiles que hicieron el llamado.

La pelea entre Chanfreau y Matamala

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En su escrito, el conductor de CNN Chile contradijo al vocero de la ACES, Víctor Chanfreau, quien aseguró que los estudiantes que rechazaban esta prueba eran los hijos de los trabajadores que no habían podido llegar a la educación superior. Matamala mencionó la educación del padre del joven. Chanfreau respondió mediante un comunicado en redes sociales.

“Daniel Matamala se toma atribuciones que nadie le ha otorgado y se siente con el derecho de hablar incluso de mi familia en una columna. ¿Acaso he opinado yo de tu esfera personal o de la vida de alguien más?”, reclamó el vocero de la ACES. «La crítica hacia el origen del joven, suele ser recurrente desde mayores a menores. Los tildan por su origen y no por sus propios logros», explica Carlos Zuñiga, psicólogo de la Universidad Católica.

«Es un error asumir cosas por la edad»

Según el especialista, esto «va más allá de un tema generacional y pasa un poco por el erróneo ejercicio de vincular madurez con edad, cuando perfectamente alguien menor puede ser maduro». Respecto a la diferencia de visiones sobre la PSU entre generaciones, Zúñiga señala que «en Chile la generación X y la de los babyboomers están marcadas por la dictadura, pero eso no quiere decir que todos los millenials y centenials sean abiertos a criticar lo que les moleste». «Es un factor, pero también pasa por su riqueza cultural, opinión política e incluso personalidad. Es cosa de ver las diferencias entre parlamentarios millenials de derecha o izquierda», añadió.

Nicole Tornel, socióloga de la Universidad Central concuerda, añadiendo que «los babyboomers y la generación X de nuestro país se desarrollaron en represión por muchos años. Eso explica también que crean en la meritocracia y que vean con malos ojos las manifestaciones, más aún cuando involucran violencia». Tornel agrega que «además hay que tener en cuenta que los babyboomers y generación X están muy presentes en la fuerza laboral, y no quieren volver a los desórdenes que se vivieron en octubre, porque temen que se les perturbe su cotidianidad».

Las líneas generacionales no son rígidas

¿Es en todo el mundo así? No. Las líneas entre estas generaciones no son fijas. «Desde la psicología, una persona puede sentirse reconocida por una u otra generación según la construcción de su identidad», explica Zúñiga. Añade que en Chile, por ejemplo, la generación conocida como «Babyboomer» en Estados Unidos está fusionada con la «Generación X». «Hay temas de estabilidad económica, acceso a la educación y acceso a la tecnología que también marcan el paso entre una generación y otra. Como antes no estábamos en un mundo de inmediatez, estas dos generaciones quedaron algo fusionadas en nuestra realidad nacional», opinó el experto.

Miradas de parlamentarios jóvenes

Le consultamos a dos parlamentarios jóvenes del Congreso, Camila Rojas y Diego Schalper, sobre su opinión frente a esta teoría. Primero, sobre cómo observaron las movilizaciones en el contexto de la PSU, y luego, sobre la conexión que esto podía tener con un tema generacional.

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Schalper:

«La autentica movilización estudiantil que vimos por la PSU es la de la inmensa mayoría de jóvenes que rindieron la prueba. Yo no creo que sea bueno ponerle la etiqueta de movilización estudiantil a algo que no es más que un grupo minoritario de gente que usa la violencia.

Yo llamaría a los violentos, que creen que su demanda es tan importante como para imponerla al resto, a que recapaciten. En democracia uno puede tener muchos puntos de vista pero nunca imponerlos por la fuerza.

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Pongámosle que la demanda por la PSU fuera algo generacional. Yo creo que los millenials son una generación que tiene cosas muy positivas. Son más conectados con la tecnología, más innovadores. Pero también , tenemos que preguntarnos que esta ocurriendo con el sentido de pertenencia, con la noción de relaciones interpersonales y el respeto al otro.»

Rojas:

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«La motivación es contra un sistema educativo muy segregado, contra el negocio educacional. La PSU es una parte más, pero no cualquiera: es la que excluye a las mayorías de poder recibir educación superior de excelencia. Y que perjudica especialmente a las mujeres, a estudiantes de liceos técnico profesional, a quienes viven en zonas rurales, o a quienes estudian en un liceo municipal. Produce y reproduce desigualdad: el puntaje PSU promedio en Vitacura el 2017 fue de 623 puntos, mientras que en San Antonio fue de 470 puntos.

Una radiografía a los manifestantes de Plaza de la Dignidad, realizada la semana pasada, decía que son profesionales que en promedio tienen 33 años. La generación que está en las calles no tiene miedo. No hay nada que perder, ese es el sentimiento que prima, eso distingue a estas generaciones.»

A continuación nuestra edición papel:

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