Nacional

Tradición del himno y polémica de la tercera estrofa: ¿Existe una norma para interpretar la canción nacional?

Durante diez años, la dictadura rompió una tradición para incluir la estrofa que hace relación a los “valientes soldados”. Hace 30 años, un decreto norma su interpretación para actos y conmemoraciones oficiales.

¿Cuántos párrafos tiene el himno nacional? ¿por qué hay partes que sí debieran cantarse y otras no? Ese es el debate que se encendió luego de que la Radio Biobío transmitiera en la celebración de Año Nuevo la canción nacional con el polémico compás que la dictadura hizo obligatoria en la década del ochenta.

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El medio, que calificó el hecho como un «error inexcusable», reprodujo la polémica tercera estrofa que hace alusión a «los valientes soldados», y que hace 30 años dejó de ser parte del protocolo para ceremonias y a actos oficiales. Pero, ¿por qué?

A lo largo de la historia han habido dos letras distintas de la canción nacional, tres interpretaciones y cuatro decretos de gobierno que lo regulan.

Fernando Castillo, historiador y académico de la U. Andrés Bello, explica que el himno «se remonta a la independencia y sufrió tres transformaciones importantes en momentos coyunturales». La primera (1819) fue la letra del argentino Bernardo de Vera y Pintado, con estrofas marcadamente anti españolas.

Según el historiador, ese acento anti colonial hizo que quedara obsoleta, por lo que se cambió en 1847 por la versión del poeta y periodista Eusebio Lillo. «Pasaron de ese tono tan bélico a una letra que simbolizara la nueva República», indica.

Tradición y ruptura

El himno no tuvo carácter oficial sino hasta el 12 de agosto de 1909, cuando un decreto estableció la «edición oficial del himno patrio» en la versión de Lillo; y en 1941, con otro decreto ratificatorio.

El sociólogo de la U. Central, Rodrigo Larraín, dice que el himno siempre contó con 6 estrofas y un estribillo, pero «la tradición republicana consignó para su interpretación el párrafo quinto, seguido por el estribillo». La razón fue que esas estrofas eran las que hablaban de «un Chile permanente, como geografía, y de la población como un todo. Eran los párrafos más democráticos», afirma Larraín.

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Pero todo cambió con la dictadura. Cristian Garay, historiador de la Usach, explica que el párrafo donde se homenaje a los soldados, se debe originalmente a que «las repúblicas hispanoamericanas surgieron de largas guerras civiles, llamadas «de Independencia», donde los ejércitos y marinas tuvieron el rol determinante, y sus líderes castrenses fueron el poder político y militar al mismo tiempo».

Sin embargo, el dictador Augusto Pinochet ordenó el decreto en 1980 donde, por primera vez, se estableció una estructura para interpretar el himno: se inicia con el párrafo 5, sigue el estribillo y se remata con la estrofa 3. Larraín indica que ahí es cuando «por primera vez un símbolo patrio solemne se trastocó y pasó a ser propaganda. Lo convirtieron en un homenaje a la supuesta gesta de vencer al enemigo interno en el 73».

Es por eso que en 1990, apenas asumió Patricio Aylwin, un nuevo decreto restableció la tradición republicana del quinto párrafo y el estribillo. De todas formas, los decretos solo aplican para actos y ceremonias oficiales, y no para personas y medios, como una radio.

Para los historiadores, la tradición radial de tocar el himno luego de las 00.00 tomó forma casi con los inicios de la radiotelefonía. El centenario, en 1910, habría sido clave para relevar nuevamente la canción nacional a nivel popular.

El himno para la transición

Gonzalo Martner, hoy académico en la Usach, le tocó asumir en 1990 como subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo en el gobierno de Aylwin. Poco antes, cuenta a Publimetro, escuchó al ex ministro del Interior Enrique Krauss que eliminar el tercer párrafo del himno debía ocurrir de inmediato.

Y así pasó. A cinco días de iniciar el mandato, se publicó el decreto 260 que suprimía la estrofa de los «valientes soldados» para evitar enaltecer las sistemáticas violaciones a DD.HH. y crímenes durante la dictadura. «Fue una decisión de esas necesarias. La transición se perfilaba como una división flagrante entre una parte de la sociedad que cantaba un himno y otro que cantaba otro. Era producir un sistema de aplausos y pifias en cualquier evento oficial», recuerda Martner.

Durante ese proceso, fue esencial también quitar esa estrofa dentro de los actos cívicos en colegios, cuestión que el ex subsecretario dice que se dio sin mayor resistencia.

Una canción particular

Muchos conocerán a Ramón Carnicer por la calle que une a Plaza Italia con el Parque Bustamente, y no con el español que en 1828 compuso la música del himno patrio.

Para Larraín, la canción nacional es una rareza por dos cosas: primero, porque fue compuesta por un compositor de ópera de renombre en Europa y pensada para que fuera una marcha, y segundo, porque «Chile debe ser el único país que tiene una estrofa tan tardía para iniciar su canción».

«Se compuso como marcha para seguir en la tradición de los antiguos himnos informales, como la marcha de Yerbas Buenas o de El Roble. Además, la canción nacional es en esencia un himno presidencial, porque el himno ministerial es la canción de Yungay», cuenta el sociólogo como anécdotas.

 

 

 

 

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