“Para mí fue un día muy esperado, por mucha gente, hay gente que murió esperando, mucha gente que luchó por esto y por esta ley, por este reconocimiento. Lo sacamos adelante con mucha dificultad”.
El lunes que recién pasó fue un día distinto para Valeria Pinto, ya que junto a Noah López se convirtieron en las dos primeras personas trans que pidieron hora en el Registro Civil para tramitar el “cambio de nombre” y sexo registral en el marco de la Ley de Identidad de Género que entrará en vigencia el próximo 27 de diciembre.
Valeria recuerda que desde distinto sectores, especialmente “instituciones religiosas, quisieron ensuciar esto, que era algo atroz”, pero que afortunadamente “pudimos vencer esas hostilidades”.
“Esto te entrega dignidad, te entrega humanidad… se termina la discriminación, en el ámbito laboral, familiar, académico. Presentar mi carnet y no estar explicando que eres una persona transexual, que es algo de la vida privada y no es obligación contar ni siquiera a tus amigos”, apunta.
Además, cree que con este paso también podrán “reconocerme como siempre he sido, desde niña, desde los 5 años que me di cuenta de que era mujer. Es un reconocimiento a mi feminidad, un reconocimiento al ser mujer”.
Valeria cuenta que fue un día distinto, que se quedó dormida y que se demoró apenas media hora en estar lista para salir. “Al principio estaba muy relajada, pero cuando llegué al Registro Civil estaba ansiosa y emocionada”, recuerda.
Tras pedir la hora, y realizar los trámites de rigor, llegó el único momento en que le cayeron algunas lágrimas, cuando la llamó una de sus hermanas.
“Cuando tenía 10 años le dije que me sentía mujer, siempre me apoyó y me contestó ‘un día serás una linda mujer’”, afirma.
La conversación con el ministro
La cita en el Registro Civil fue organizada por el ministerio de Justicia y Valeria dice que aceptó porque quiso “demostrar que independiente de los colores políticos, todos somos personas y no podía restarme a una causa tan noble como el reconocimiento a tu identidad. Deben abrirse los espacios para que las persona trans podamos tener más derechos”.
Junto a ello, no perdió la oportunidad para hacerle algunas peticiones al ministro Hernán Larraín, entre ellas, que visite junto al Presidente Piñera la escuela Amaranta Gómez Regalado, que recibe a estudiantes transgénero entre 6 y 17 años.
Le recordó su frase de “los niños primero”, ya que el colegio no recibe ayuda del Estado, y no se puede dejar de lado este tema.
“Para un niño trans lo que significa el bullying, la discriminación, preguntarse por qué nació con un pene o una vagina y porque nació niño o niña. Los invisibilizan, le dije las cosas a la cara y no anduve con rodeos. Prometió que iba a hablar con el Presidente… veremos”, indicó.
Su “nueva” vida
Ahora que se oficializará su “nuevo” nombre y tendrá otros documentos, Valeria esperar encontrar trabajo, pero no como cosmetóloga, que es lo que estudió, sino que como “cajera, reponedora u otra cosa en un supermercado. Algo que no haya hecho, algo ‘normal’”.
“Estoy muy estable en lo emocional con mi pareja (llevan 9 años), y por eso quiero trabajar y salir juntos adelante”, señala, antes de confesar su gran sueño.
“Mi sueño es ser mamá, poder adoptar, darle todo mi cariño a un niño o una niña. Es algo de lo que no se habla en Chile, de la maternidad trans, porque hay muchos prejuicios. Eso es lo que deseo”, finaliza.