Primero las farmacias, luego las librerías, después las ópticas y también las universidades abiertas. Poco tiempo pasó para que Recoleta pusiera sus ojos en un nuevo y ambicioso proyecto, que busca, esta vez, eliminar de frentón uno de los gastos que significan un mayor esfuerzo para las familias más vulnerables: la cuenta de la luz.
La iniciativa se llama «Energía popular». Su fin es aprovechar el potencial de la energía fotovoltaica para que un grupo de 43 vecinos pertenecientes al proyecto piloto paguen literalmente $0 en la boleta eléctrica. Y de ahí en adelante, expandirse mucho más.
Pero, ¿cómo lo lograrán? «Vamos a instalar un sistema fotovoltaico que va a generar, con batería incluida, mucho más energía de lo que los vecinos requieren. Le van a entregar energía a la red y nos permitirá hacer que la gente pueda vivir sin pagar electricidad», explica el alcalde Daniel Jadue.
En una primera etapa se prefirió a vecinos jubilados. En las últimas semanas, ya son 6 hogares que tienen el sistema plenamente operativo, y que se basa en a lo menos 5 paneles fotovoltaicos de 400 watts cada uno, y un inversor que permite que la energía generada alimente al hogar y el excedente reingrese a la red eléctrica convencional.
En camino desde China, por barco, vienen además las baterías, pensadas para instalarse en hogares de vecinos electrodependientes, y que podrán disfrutar de 4.500 watts/hora sin problemas durante la noche o ante un corte de luz inesperado.
«Si la comuna requiere generar energía para ayudar a la gente con sus cuentas, necesita terrenos donde generarla, y acá no hay donde. ¿Qué hacemos? vamos donde los vecinos y les decimos: «usted me presta su techo y a cambio le permito que usted no pague electricidad nunca más»», explica el jefe comunal.
Cada hogar beneficiado posee la energía suficiente para tener su refrigerador, televisores, lavadoras y hervidores encendidos. Eso durante el día, pero, a pesar de que en la noche los hogares sí consumen luz de la red convencional, porque los paneles ya no reciben luz solar, la cuenta igualmente es $0. ¿Cómo? «(La municipalidad) se queda con la titularidad del empalme y el medidor. Por tanto, lo que el vecino inyecte a la red, el municipio se lo va a descontar de la cuenta de luz pública».
Sergio Espinosa, es un jubilado de 73 años con una jubilación de $180 mil que vive en el sector de El Pensamiento. Por estos días, su medidor ya gira «al revés», dado que su hogar genera más energía de la que consume. «Aquí vivo yo y mi señora. En invierno la cuenta nos sale unos $25 mil. Son como $300 mil al año que me voy a ahorrar. Es muy bueno, ni conocía esta tecnología antes que la instalaran».
Lo mismo ocurre con Amaro Vallejos, otro jubilado que ya usa los paneles hace una semana. «Veía en el norte estos paneles solares pero nunca pensé que tendría en mi casa. Ahora queda esperar a ver como funciona, incluso soldé una caja para proteger el panel que trajo la municipalidad».
En Recoleta llevan más de un año ideando la puesta en marcha del proyecto. Entre otras cosas, tramitaron con un proveedor directo los suministros, partes y piezas que se traen desde el extranjero. Además, la empresa mantenedora que se adjudicó el proyecto, contratará a miembros de las comunidades educativas de la comuna e Innova Recoleta.
Con eso, consiguieron abaratar los costos del sistema fotovoltaico que implementarán en los hogares de vecinos -al rededor de $2,1 millones versus $3,9 millones, además de hacer más eficiente el proceso y dar empleo a profesionales locales.
Jadue asegura que «la idea es reducir la dependencia de las vecinas y vecinos hacia los grandes empresarios eléctricos que hasta hace poco actuaban de manera totalmente oligopólica y que abusan con unos cobros absolutamente elevados y unas de las energías más caras del planeta».
De aquí a 5 años, la meta del municipio es que «Energía popular» alcance al 50% del sector más vulnerable de Recoleta. Eso se traduciría en unos 500 hogares con luz eléctrica a costo cero, gracias a paneles fotovoltaicos y baterías. Según esa proyección, la comuna alcanzaría la no despreciable suma de 1 megawatts de potencia vecinal instalada.
Así funciona la nueva idea popular
Existen muchos mitos que envuelven a los sistemas hogareños de paneles solares. Entre ellos, que alimentan a duras penas el refrigerador o que sin luz solar son inútiles.
Danilo López, asesor energético de Innova Recoleta, explica que los paneles de 400 watts que usa «Energía popular», son los primeros de ese tipo que se declaran e instalan en Chile. Lo mismo ocurrió con el inversor y las baterías de almacenamiento de energía.
Publimetro constató que a las 11.30 horas del pasado viernes, los paneles solares funcionaban prácticamente a plena capacidad. Es decir: con 2 kilowatts de potencia. Además, en los 6 hogares donde el sistema fotovoltaico ya funciona, la aguja del medidor convencional avanza de derecha a izquierda, y no al revés, como pasa con la gran mayoría de los hogares.
¿Por qué? «Eso significa que la casa genera más luz de la que consume, y la envía a la red eléctrica», explicó López. Eso es gracias al «inversor», una especie de panel que se instala en la pared de los hogares beneficiados. Su función es hacer que la energía que generan los paneles se homologue a la que viene del tendido eléctrico, lo que permite que la eletricidad sobrante no se pierda y continúe en la red.
En el caso de los vecinos electrodependientes, los paneles tendrán el potencial de 3 kilowatts, lo que vendrá acompañado de una batería con la capacidad de 4.5oo watts/hora. «Si se corta la luz, eso permite tranquilamente que se calefaccionen y mantengan encendidos todos sus artefactos sin ningún problema», dice el experto.
El sistema fotovoltaico, además, incluye una antena que transmite vía internet los datos en tiempo real del consumo de los hogares beneficiados. Eso permitirá que el municipio asesore mensualmente a los vecinossobre su propio consumo eléctrico para optimizar el ahorro.
Una de las cruzadas de Jadue es influir con esta iniciativa para cambiar las reglas de la «ley netbilling». Eso, porque un kilowatt/hora de una compañía eléctrica ($120) se valoriza el doble que el watt que un vecino pueda entregar a la red ($64).
«Al que entrega individualmente energía, se le paga menos que al que genera. Le estás cobrando el uso de los cables dos veces por el mismo uso. Es parte del abuso al que Chile está acostumbrado, y que queremos que cambie», opina Jadue.
Soberanía energética
«Energía popular» es en realidad un capítulo del ‘plan maestro’ que la municipalidad llama «soberanía energética». Consta de tres partes, y comenzó desde que Recoleta y otros municipios como Macul, Cerro Navia y La Ligua, se declararon «usuarios libres» del suministro de Enel.
«Queremos que llegue el minuto en que la comuna genere la misma energía que consume. Eso es soberanía energética. Por ahora no es viable, porque no podemos meternos a decidir en los actores privados, que deberían estar completamente alineados con la comuna si es que esto quisiéramos hacerlo para todos. Pero podemos dar el primer paso», explica el alcalde Jadue.
La primera iniciativa del plan es la generación energética municipal, que incluye al edificio consistorial y 6 colegios. A eso se suma una Cooperativa Energética, que administrará los ahorros que generen los paneles fotovoltaicos en edificios municipales y el recambio de las 11 mil luminarias públicas de tecnología antigua por focos led. A la fecha, el ahorro se calcula en unos $14 millones por año. Tras ello, está el plan piloto que beneficia a 43 vecinos.
En total, Recoleta cuenta con 205 kilowatts de potencia instalada gracias a tecnología fotovoltaica, que equivale a una reducción de 206 toneladas de CO2 por año.
La ‘Muni’ da el ejemplo
En el techo de la Municipalidad de Recoleta, justamente sobre la oficina donde el alcalde Daniel Jadue idea los nuevos proyectos populares, hay una planta fotovoltaica de gran envergadura que no muchos conocen.
El complejo de paneles tiene una capacidad instalada de 25 kilowatts, energía suficiente para dar electricidad con holgura a los ascensores y varios otros artefactos del edificio de 6 pisos.
Se calcula que la planta generará ahorros cercanos a los $4 millones anuales, los que se sumarán a otros $30 millones de ahorro anual a partir de mayo del 2020. Para esa fecha, el municipio se desconectará de Enel, luego de decretarse como cliente regulado libre, y debería comenzar a negociar directamente su tarifa eléctrica.