La historia escribirá, muy probablemente, que algo cambió para siempre en Chile aquel viernes 19 de octubre, cuando comenzó el estallido social. Pero así como las demandas por una vida más justa podrían marcar un antes y después para la ciudadanía, una crisis de salud pública también marcó a fuego la fecha para la oftalmología.
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El actuar represivo de Carabineros y su dudoso apego a los protocolos en manifestaciones son el principal apuntado. Según el último reporte del INDH, de las 1659 personas heridas que han llegado a hospitales luego de participar en marchas, al menos 504 han sido por balines y perdigones. Y lo que es peor: 160 personas han terminado con heridas oculares.
Esa última cifra ha hecho a diversas agrupaciones, incluido el Colegio Médico, INDH y el equipo jurídico de la U. de Chile, hacer un llamado a las autoridades a que frenen la manera en como las fuerzas policiales han aplicado la disuasión durante la crisis. La última fue la Sociedad Chilena de Oftalmología (Sochiof), que, en el Senado, entregó un dato demoledor.
El presidente del gremio, Dennis Cortés, presentó en la comisión de DDHH del Senado un balance que analizó informes mundiales de los últimos 27 años de heridos por armas no letales en países donde hubo manifestaciones y zonas de conflicto. Y el resultado es estremecedor: Chile vive la peor crisis de salud oftalmológica de la que se tenga registro en el mundo.
«No hay ningún precedente en la historia de nuestra especialidad que avalen estos números. Cuando evaluamos esto a nivel internacional, de personas que han perdido el globo ocular por armas no letales, el número también es alarmante y lideramos tristemente esta cifra a nivel mundial», explicó Cortés.
Así es. En 27 años, y según el análisis exhaustivo de reportes y balances sanitarios por parte de la Sochiof, en el mundo han resultado con heridas oculares unas 300 personas por armas no letales en manifestaciones. «Nosotros tenemos prácticamente la mitad de ese número (daños oculares) en dos semanas. Acá tenemos claramente una emergencia sanitaria que tenemos que darle un pare», alertó el líder del gremio.
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Directo al rostro
La situación en el país es crítica. El último balance del INDH habla de 160 personas que reportaron daños oculares. Sólo en el la Unidad de Trauma Ocular (UTO) del Hospital del Salvador, entre el 19 de octubre y el 04 de noviembre se presentaron 136 pacientes con trauma ocular severo -85% hombres y 15% mujeres-, según el último balance de la Sochiof.
Lo más grave, quizá, es que en la UTO 32 personas presentaron un trauma con globo abierto. Es decir, hay 18 casos que presentaron estallido ocular y 14 una herida penetrante. Además, 27 pacientes sufrieron pérdida total de la visión del ojo afectado, mientras que el 60,5% presentó disminución severa de la visión.
«Esta cifra se eleva todavía más si se consideran los más de 40 casos registrados en otros centros de atención en Santiago y en regiones durante el mismo período. Estamos, sin duda, frente a una emergencia sanitaria con graves consecuencias en la salud visual y calidad de vida de las personas afectadas, que en promedio no sobrepasan los 30 años», explicó Cortés a Publimetro.
«Como Sochiof nos preocupa, y así se lo hemos hecho saber a las autoridades de salud, interior y de fuerzas y de orden durante estas dos semanas, que en el 82% de los casos las lesiones fueron causadas por balines utilizados en maniobras de disuasión. Los daños son múltiples y en muchos casos irreversibles (…) Nos preocupa que estamos viendo una gran cantidad de casosen un corto periodo de tiempo, fenómeno no observado previamente en Chile ni en el contexto internacional», agregó el especialista.
Son varias las denuncias que hablan de disparos directo al rostro por parte de Carabineros y un nulo apego a los protocolos. Sobre eso mismo fue interpelado el director de Justicia de Carabineros, Jaime Elgueta, en la comisión de DD.HH. del Senado el pasado 30 de octubre. Allí, el representante de la institución señaló el compromiso de investigación en el caso de irregularidades, además de llamar a que todos los organismos hagan llegar las querellas y acciones legales.
«Para nosotros es importante conocer querellas o denuncias por imputaciones concretas -uso excesivo de fuerza o incumplimiento de protocolos-. (…) Si han pasado por filtro jurídico, tiene caracteres de delito y por tanto debe ser conocido, pero también tiene caracteres de una infracción administrativa. Ambos procesos tienen que ir de la mano (…) es parte del proceso de solución o esclarecimiento del problema», afirmó Elgueta.
“Queremos insistir a las autoridades de salud, pero también a las responsables de la seguridad pública, la necesidad de revisar y/o que se apliquen correctamente los protocolos al momento de resguardar el orden público”, insistió por su parte el presidente de Sochiof.
