La llegada de las rutas express en el Metro, hace más de 10 años, fueron una solución para los tiempos de viaje de muchos en Santiago. Sin embargo, ese beneficio que mejoró en hasta un 7% la frecuencia, también tuvo sus damnificados: los chilenos daltónicos.
Joaquín Walker, director ejecutivo de EligeEducar, dejó en evidencia su preocupación en Twitter la semana pasada: «Una de las pocas dificultades que tengo con ser daltónico es al identificar las estaciones ruta roja y ruta verde de la Línea 5 de Metro, ¿seré el único?». La respuesta es no. Habría cientos de santiaguinos para los que a diario transitar las líneas 2, 4 y 5 es una dificultad.
Una de las pocas dificultades que tengo con ser daltónico es al identificar las estaciones ruta roja y ruta verde de la línea 5 de @metrodesantiago. ¿Seré el único?#InclusiónParaDaltónicos pic.twitter.com/Aun5ZXfLUd
— Joaquín Walker (@JoaquinWalker) September 27, 2019
El término médico es discromatopsia, explica el oftalmólogo y director del Oculab UC, Arturo Grau. «Es una enfermedad genética que, al ir ligada al cromosoma X, es mucho más común que sean los hombres quienes la presenten «. Y la cifra no es marginal: un 8% de la población masculina sufriría algún tipo de discromatopsia, y un 0,5% en mujeres.
Al daltónico se lo conoce comúnmente como aquel que confunde el rojo y verde, pero hay varios tipos. El azul también es de los que más causa problemas, está el daltonismo tonal, variantes a colores específicos y, en casos extremos y poco frecuentes, la acromatopsia, donde se ve derechamente en blanco y negro.
Juan Pablo Betancourt, miembro y fundador de Daltónicos Chile, creó la agrupación hace tres año, y últimamente una de sus cruzadas es hacer más ameno para sus miembros el viaje en las líneas con rutas express.
«En ocasiones he tenido que bajarme del vagón porque subo rápido y, al fijarme en el color que debo bajar, me desoriento y me paso. También he tenido que ir hacia la puerta para distinguir los colores en el mapa. Lo más difícil es apreciar las estaciones comunes, porque el rojo y verde se mezclan y es imperceptible», relata el maipucino.
Tomar el vagón también sería una dificultad, dado que el led de color podría ser difícilmente identificable para muchos daltónicos.
Oculab UC se preocupa de los aspectos sociales e integración social de la discapacidad, y Grau, uno de sus directores, es certero: «¿Qué hubiese ocurrido si el Metro nos hubiese pedido una asesoría? habríamos dicho no al rojo y verde», afirma el docente de la Facultad de Medicina UC.
Pablo Chiuminato, también director de Oculab, es daltónico y entiende bien el problema. «No sólo se confunde el rojo y verde, está el daltonismo tonal», dice el académico en letras. «El mayor problema son las estaciones comunes. Hay quienes reconocemos el rojo y verde, pero al ser del mismo valor de color entre ambos, se tiende a homogenizar, virar hacia un solo tono», detalla.
Consultados por Publimetro, Metro indicó que la empresa «se preocupa de que todos sus pasajeros cuenten con la información necesaria», y que se «da cuenta del estado de la operación en diferentes formatos y soportes, tanto a bordo de los trenes como en las estaciones».
Además, precisan que además de las «luces en las puertas de los coches», las pantallas en andenes con el recorrido de los trenes «están presentes en todas las estaciones de las líneas 2, 4 y 5. «Adicionalmente, los conductores señalan el color de la ruta en cada estación».
Soluciones sencillas
Las rutas express en Santiago fueron pioneras en el mundo. Por lo mismo, se exportaron a varias partes del mundo, como Sidney, Taipei y Nueva York. Pero los expertos creen que podría mejorarse sin mucho que trastocar.
«Sería muy útil que el color de la estación en el mapa venga acompañado de una letra. R, V o C, dependiendo de si es roja, verde o común», cree Betancourt.
«Las letras son una solución cosmética y útil», cree Chiuminato, aunque agrega que algo tan simple, como engrosar una línea negra que divida al rojo y verde de las estaciones comunes, permitiría a los daltónicos entender, aunque no los distingan, que ahí hay dos colores separados.
Y si se quisiera atacar al color de raíz, Grau indica que hay sistemas más universales. «Los colores de contraste por excelencia son el negro y blanco, pero también hay colores que no presentan problemas para la discromatopsia: el naranjo y el amarillo», recalca.
Diagnóstico
Los expertos recalcan que los daltónicos muchas veces se dan cuenta de su condición ya adultos. «Cuando la discromatopsia es leve, las personas no se dan cuenta hasta que ocurre algo puntual que lo deja en evidencia: algo que ven todos y la persona no un test», dice el oftalmólogo Arturo Grau.
Una señal que da cuenta de la enfermedad en niños, dice el experto, es cuando combinan de manera extraña los colores de su ropa. «La recomendación médica es que si una persona tiene antecedentes familiares o crea no distinguir bien los colores, venga a la consulta. Se hace el test de Ishihara y el diagnóstico es muy rápido», explica el director de Oculab UC.
Por su parte, el académico UC Pablo Chiuminato señala que «lo más complejo en la ciudad es la iluminación nocturna en las calles». Eso, porque muchas veces una luminaria blanca, como las flechas de tránsito, pueden ser confundidas por un daltónico tonal por verdes creando la confusión de un semáforo.
En el caso de Daltónicos Chile, actualmente evalúan convertirse en fundación y conseguir una red de oftalmólogos que los asesore. Una de sus preocupaciones, dice Betancourt, es una institución de respaldo para importar lentes con la tecnología que permite a ciertas variantes del daltonismo para ver los matices de los colores correctos.
«Esto está lejos de ser un tema país. Nuestra patología no está incluida en nada. Muchas veces uno averigua por internet para saber lo que tiene. La idea del grupo fue juntar adeptos (…) otra de las ideas para crear la fundación es poder importar los lentes que permiten ver bastante bien pero son sumamente caro. Vemos la posibilidad de adquirir estos lentes como fundación», indica el fundador del grupo.