Un hecho indignante ocurrió en la comunidad Limonar, municipio de Ocosingo, en el estado mexicano de Chiapas, porque se jugó con el sufrimiento de una familia luego de la muerte de un recién nacido.
Manuel Hernández Silvano denunció en Facebook que su mujer tuvo una guagua el domingo en su casa con la ayuda de una partera; una costumbre aún extendida en esa zona de México.
Desgraciadamente hubo problemas y el recién nacido se asfixió al momento del parto, por lo que su papá corrió en busca de auxilio hasta la unidad médica de Santo Domingo, desde donde debido a su gravedad el bebé fue derivado al hospital de Palenque.
A pesar de los esfuerzos del personal médico, la guagua falleció a las dos horas y de inmediato comenzó el protocolo para entregar el cuerpecito a la familia, pero algo salió mal. ¡Muy mal!
Una funeraria les ofreció sus servicios y trámites correspondientes para poder trasladar el cuerpo del pequeñito a su localidad, por lo que aceptaron pagar dichos servicios. Pasado el mediodía les fue entregado el ataúd con el documento de defunción firmado por el doctor Carlos Daniel Avendaño Mayorga.
Recién en casa los familiares del difunto abrieron el cajón, y vieron que en vez de la guagua que estaba lleno de residuos hospitalarios. Furiosos y apenados partieron de vuelta al hospital en busca del cuerpo y de explicaciones.
En el recinto médico dieron con el cadáver del menor, pero las explicaciones fueron insuficientes porque se echaron la culpa entre el hospital y la funeraria, mientras que la familia afectada estudia interponer acciones legales por el daño moral sufrido.