Donald Trump volvió a Reino Unido en medio de un escenario de incertidumbres. Luego del fallido Brexit, Estados Unidos buscó llegar a acuerdos con el país europeo, con una agenda que mezcló ceremonias y actos oficiales. Entre ellos hubo una visita de estado, un encuentro con la reina Isabel II en Londres, té con el príncipe Carlos, ceremonias de recuerdo del Día-D, a ambos lados del Canal de la Mancha y su primera visita presidencial a Irlanda, la que incluyó una estancia en un club de golf en la costa.
Antes que comenzará la visita del presidente de EEUU a Reino Unido, ya habían reacciones que dejaban entrever lo que sería este viaje. Siendo fiel a su estilo, unos días antes de la visita, Trump hacía referencia al alcalde de Londres (Sadiq Khan) a través de su cuenta de Twitter, manifestando que el edil era “un perdedor que debería centrarse en la delincuencia en Londres, no en mí”. El hecho ocurrió luego que Khan, a través de una columna en un diario local, manifestará que el presidente estadounidense no merecía ser recibido en la alfombra roja de Gran Bretaña, pues era “uno de los ejemplos más escandalosos de una creciente amenaza global”.
Una vez en piso británico, el lunes en la gala ofrecida al presidente estadounidense, por la reina Isabel II en el palacio de Buckingham, Trump rompió el protocolo y tocó a la monarca, posando su mano izquierda sobre la espalda de la reina, luego de haber pronunciado un discurso para homenajearla. Pero esta no es la primera vez que el mandatario rompe los protocolos, pues el año pasado en su visita al castillo de Windsor ya lo había hecho, cuando caminó delante de la reina Isabel II.
Luego de la jornada de actos protocolares del día lunes, el día martes, Trump se reunió con la aún primera ministra británica,Theresa May, a quién instó a «quedarse» cumpliendo sus labores, para cerrar un acuerdo comercial entre ambas naciones. Cabe mencionar que May dimitirá como líder del Partido Conservador el día viernes 7 de junio, luego de ser acusada de incapacidad para asegurar la aprobación del Brexit. De todas formas, seguirá cumpliendo las labores de primera ministra interina, hasta que se elija a su sucesor.
Mientras ocurría esta reunión, llena de halagos por parte de Trump a May, alrededor de la Plaza del Parlamento se reunían miles de manifestantes para protestar en contra la apoteósica bienvenida real ofrecida al presidente estadounidense, quien para feministas, ambientalistas, activistas por la paz, sindicalistas y ciudadanía en general es una amenaza para el mundo, por lo que corearon frases como «Dilo fuerte, dilo claro, Donald Trump no es bienvenido aquí». En la manifestación estuvo presente el»bebé Trump» con el que también protestaron miles de manifestantes el año pasado, durante una visita del presidente estadounidense. El constructor de esta estatua de espuma, Don Lessem, experto en figurar modelos de dinosaurio dijo, «Me interesan las cosas que son grandes, poco inteligentes y que han perdido su lugar en la historia».
Trump dio su apoyo al candidato a primer ministro, Boris Johson, afirmando que es una «excelente» opción a medios británicos. Aun que tradicionalmente los presidentes estadounidenses evitan inmiscuirse en la política interna de otros países, Trump nuevamente ha hecho al diferencia.