Después de un almuerzo grupal en un local de comida rápida, el tacho de basura espera a varios pares de bombillas, vasos, tapas, cucharas, cuchillos y platos, entre otros. Estos residuos, por su reducido tamaño y los altos costos de recolección, hoy no son clasificados para reciclaje.
Justamente, un estudio de la Asociación de Industriales del Plástico (Asipla) realizado hace algunas semanas determinó que en Chile solo se recicla el 8,5% de las resinas plásticas. También se estableció que el 83% de lo que se recicla no es de origen domiciliario.
Si bien la implementación de Ley Rep cambiará el escenario, un grupo de parlamentarios presentó una nueva iniciativa legal en la guerra contra el plástico. El foco principal del proyecto es regular los utensilios que utilizan los establecimientos de comida, promoviendo su reutilización o la fabricación de estos con materiales biodegradables.
¿Qué elementos entran en esta categoría? Cubiertos, bombillas, vasos, tapas, mezcladores, platos, envases o bandejas de comida preparada, tapas, botellas iguales o menores de 500 cc, entre otros accesorios.
«Es un proyecto que creemos fundamental, que busca avanzar más allá del primer paso que dio Chile. Pero es insuficiente, el plástico amenaza la vida en el planeta», sostuvo el Senador PPD Guido Girardi, presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Senado.
«Queremos que todos los plásticos que son evitables, que tiene un solo uso y que no tienen la posibilidad de ser reciclados, sean reemplazados por materiales que puedan ser reutilizables. Y que haya una prohibición de todos aquellos materiales que están destruyendo la vida, que son totalmente innecesarios y que son absolutamente reemplazables por productos sin las mismas consecuencias», añadió el parlamentario sobra la iniciativa, en la que lo acompañan Carolina Goic (DC), Felipe Kast (Evopoli), Juan Ignacio Latorre (RD) y Rabindranath Quinteros (PS).
«Queremos dar un paso mucho más allá, liberar y ser un ejemplo en la perspectiva de la COP 25. Haremos una COP paralela junto a la COP 25, con parlamentarios de todo el mundo. Queremos que esto esté aprobado para que otros parlamentos miren que es posible prohibir todos los plásticos que tienen un solo uso. Le pondremos urgencia al proyecto e invitaremos expertos a participar», comentó el senador.
Plástico certificado
Hace unos días Providencia aprobó una ordenanza que prohíbe el uso de algunos utensilios de plástico poliestireno, material que se origina a partir del petróleo. De esta manera, se obliga a diferentes comercios a utilizar envases y accesorios a partir de materias primas de origen renovable.
La iniciativa legal, en la que participaron Plastic Oceans Chile y Oceana Chile, recoge ese premisa y propone la creación de una certificación del plástico desechable. Entre los requisitos también se exige que este deba biodegradarse en condiciones naturales en un período de tiempo no superior a 180 días y que este proceso no libere residuos tóxicos en el ambiente.
«El proyecto complementa la Ley Rep. Se apunta al reemplazo de materiales. El foco son los plásticos de pequeño tamaño que no entran nunca en un sistema de economía circular. Generalmente se usan cinco minutos y se botan a la basura. Están compuestos de múltiples materiales y eso no lo hace factible de ser reciclados», explica Camila Ahrendt , directora científica de Plastic Oceans Chile.
«No queremos prohibir y prohibir, sin tener una alternativa a esos productos plásticos. Por lo tanto, en el proyecto de ley sí se dimensiona que productos se pueden utilizar en reemplazo. Estamos desmonopiolizando el plástico originado de petróleo, dando alternativa a polímeros extraídos de otros materiales como el almidón de maíz», añade Ahrent, quien destaca que la iniciativa tiene «·plazos amigables» en su implementación.
Tomás García, Gerente Comercial de TriCiclos, vislumbra algunos de los escenarios que pueden producrise. «Me parece perfecto que se quiera regular a estas cosas que quedan en este limbo. Lo que es súper importante de considerar son las opciones que existen en el mercado y de qué manera están se alinean con las realidades económicas de los comerciantes que hacen uso de estos envases para que sea una transición positiva y colaborativa. Una alternativa riesgosa se llama polipapel, una mezcla de polietileno con celulosa. Es un material del cual están hechos algunos vasitos de café. Hay una alta probabilidad que la industria quiera migrar hacia allá», dice el experto.