- Gerente general de Ruvix – @stricio
Esta historia para más de alguno puede ser conocida y es un fenómeno que claramente no ha sido producto del azar. ¿Se ha preguntado por qué los bancos y todas las instituciones financieras tienen atractivas promociones con sus tarjetas de crédito? La historia es más o menos así.
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Cuando queremos abrir una cuenta corriente en un banco, es posible sólo en la medida que venga acompañada de una línea y una tarjeta de crédito. Cuando uno intenta evitar estos productos, la respuesta del ejecutivo (a) es categórica: “entonces no le podemos abrir la cuenta corriente”. Luego, nos inundan de promociones y por supuesto, tarde o temprano, caemos en la tentación de usar los benditos plásticos. Posteriormente, nuestros pagos se hacen habituales con la tarjeta de crédito y dejamos de usar efectivo.
Sin duda que esta bancarización y masivo uso de las tarjetas de crédito y débito tiene muchos beneficios, pero también existen varios peligros que han sido ampliamente estudiados por las finanzas conductuales, a lo que se le denomina “aplazar el dolor de gastar”.
“Sin duda que pagar en efectivo es más doloroso y si somos conscientes de aquello, probablemente seamos más mesurados”
Haga el siguiente ejercicio mental: para la salida del sábado por la noche a su restaurante favorito, piense en pagar la cuenta con dinero en efectivo o con tarjeta de crédito ¿lo hizo? Bueno, sin duda que pagar en efectivo es más doloroso y si somos conscientes de aquello, probablemente seamos más mesurados a la hora de gastar. Pero cuando pagamos con tarjeta, el cobro llega en unos días o semanas más y, por lo tanto, nos permite, sicológicamente excedernos un poco.
Ahora, si además tiene un descuento el restaurante y podemos pagar el celular en muchas cuotas sin interés y además ganamos millas para viajar, lentamente vamos perdiendo el control de los gastos, luego nos atrasamos en el pago de la tarjeta, nos sobre endeudamos, pagamos altos intereses y posteriormente nos llama el ejecutivo para ofrecernos una consolidación de deudas.
Todo esto es un círculo vicioso que la única manera de frenarlo es siendo muy ordenados, controlando los gastos, pagando al día y evitar el pago de intereses.
Es más, sufra, sienta algo de dolor en algunos gastos pagando en efectivo, como por ejemplo los “gustitos”, que son precisamente las típicas fugas de dinero que poco a poco nos desordenan.
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