El cargador del celular, el mini componente de audio, el cable del notebook, el hervidor en la cocina, la consola de videojuegos, el router. Estos aparatos de consumo, además de ser un imprescindible en todo hogar, comparten una característica no tan noble: ser de los vampiros de la electricidad en Chile por excelencia.
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También conocido como consumo ocioso, el término dice relación con los aparatos eléctricos que acostumbran consumir energía no solo cuando se usan, sino que también por las largas horas que se mantienen enchufados de manera innecesaria.
Lorenzo Ale, Jefe de carrera de Electricidad y Electrónica de la Santo Tomás, realizó una proyección según la realidad de Chile para visualizar la magnitud del problema, y los resultados son más que interesantes.
Sólo considerando cinco de los aparatos con mayor presencia en Chile, el académico estima que el país desperdicia 953 millones de kilowatts hora anualmente . Eso, llevado en dinero, significa un gasto inútil de $58.600 millones al año que perpetran los hogares.
«Ser consciente con el medio ambiente no sólo implica reciclar o no contaminar, sino que también se puede aportar utilizando la energía sin necesidad de desperdiciarla», señala el profesor Ale.
Existen una serie de equipos de uso común en nuestros hogares que, aunque están apagados, continúan consumiendo energía. Esto se debe principalmente a que necesitan transformar la Corriente Alterna (CA) en Corriente Continua (CC) para su correcto funcionamiento electrónico o bien tienen indicadores o luces que indican que están en stand by», explica el experto.
Uno de los ejemplos icónicos es el cargador de celular. Actualmente, debido a los sistemas de carga rápida, como mucho se necesita de dos horas para cargar la batería de litio del smartphone. En ese tiempo, el aparato debería gastar 3.65 kw/h, sin embargo, una persona que maneja día y noche el aparato al enchufe, le suma 1,168 kw/h de consumo vampiro.
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Cabe destacar que si se hiciera un ranking de los aparatos de consumo ocioso, los notebooks serían los reyes, ya que conectados a la red eléctrica, aún apagados, consumen casi 9 watts por hora. Le sigue el mini componente de audio, con 8,3 watts y luego el router, con 8 watts.
Según explica Ale, en Chile existen cerca de 5,4 millones de mini componentes de audio en los hogares, y más de 12,7 millones de televisores. Agregando eso, más los routers, DVDs y cargadores de celulares, la cifra de desperdicio llega a los 953 millones de kw/h al año.
Ojo al invierno
Si se habla de eficiencia energética, el profesor hace especial énfasis en invierno, época donde el consumo eléctrico se dispara. En cuanto a decisiones de compra, lo primero es privilegiar artefactos etiquetados con escala A, A+ y A++, dice. «Tienen esa denominación porque necesitan una menor cantidad de watts para realizar el mismo proceso».
«Lo que más gasta siempre son los artefactos que calefaccionan. Cuando uno compra una secadora, una estufa, hay que ojalá fijarse en los kilowatts del equipo», agrega el experto. El consejo no es menor: una estufa de 2.000 watts funcionando por 6 horas al día «podría hacer un sobreprecio de hasta $36 mil en la cuenta de la luz», señala.
Otro de los mandamientos del ahorro eléctrico son utilizar la lavadora siempre en su capacidad máxima, planchar todo a la vez y, aunque parezca mínimo, sellar ventanas y puertas para evitar pérdidas de calor en días fríos.