Aviones de guerra israelíes atacaron el viernes unos 100 objetivos de Hamas en la Franja de Gaza en respuesta a una serie de cohetes lanzados contra la metrópoli israelí de Tel Aviv. El fuego de cohetes persistió hasta la mañana, por lo que eran posibles represalias adicionales de parte de Israel.
El ejército dijo que sus objetivos incluían un complejo de oficinas en Ciudad de Gaza utilizado para planificar y dirigir las actividades extremistas de Hamas, un complejo subterráneo que servía como principal centro de fabricación de cohetes de la organización, y un centro utilizado para el desarrollo de aviones teledirigidos de Hamas.
En Ciudad de Gaza, las autoridades de salud informaron de que cuatro personas resultaron heridas, entre ellas un hombre y su esposa, en la ciudad sureña de Rafah. No hubo más detalles. El edificio de oficinas atacado por Israel ha sido utilizado por la oficina de Hamas para asuntos de prisioneros.
El repentino estallido de violencia se produce en un momento delicado para ambas partes, y parecía que los gobernantes de Israel y de Hamas tenían incentivos para poner fin a los combates.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se encuentra en medio de una dura batalla por la reelección. Una respuesta dura provocaría críticas internacionales y acusaciones nacionales de que está actuando por motivos políticos antes de la votación del 9 de abril. Sin embargo, una respuesta limitada podría atraer críticas de sus rivales de línea dura.
Mientras tanto, Hamas enfrenta sus propios problemas internos. Israel y Egipto han mantenido un bloqueo paralizante sobre Gaza desde que Hamas se hizo con el control del territorio en 2007. El bloqueo, junto con las sanciones de la rival Autoridad Palestina y la mala gestión de Hamas, han alimentado una crisis económica que ha llevado la tasa de desempleo a más del 50%.
Poco antes del ataque con cohetes, la policía de Hamas disolvió violentamente el jueves una protesta de manifestantes enfadados por las terribles condiciones de vida en Gaza.
