Los imponentes 1,89 metros de altura de Andrés Couve, designado como el primer Ministro de las Ciencias, Tecnología e Innovación de la historia de Chile, se mueven con soltura en el segundo piso de La Moneda.
Allí, al fondo del extenso pasillo, en la última oficina del piso y que da con la calle Teatinos, se encuentra el nuevo centro de operaciones de la cartera más joven del país. Pero no la menos importante. «Por primera vez, la ciencia está literalmente en el corazón del gobierno, en las entrañas de La Moneda», le gusta recalcar al ministro.
En la puerta que da al hall anterior a su oficina, la única señal que acusa su presencia es un papel blanco tamaño carta y adherido con cinta adhesiva que dice el nombre de su ministerio. Esa es quizá la señal más representativa del proceso que vive la cartera: una formación que aún está en pañales. El otro símbolo es el cuadro que acompaña a Couve a la izquierda de su escritorio: un cuadro sobre la gesta de los hermanos Wright, encumbrando el vuelo del primer avión que la humanidad conoció.
Porque así está la ciencia en La Moneda, recién despegando.
-Siempre se pregunta a las autoridades cual será su sello, ¿qué hay de usted?
-Lo primero es saber que el ministerio no está funcionando, lo estamos armando ahora. Estamos dedicados a armar un ministerio moderno, ágil y flexible, que se note que nace en medio de la era digital. Lo otro es impulsar la ciencia en pos de bienestar del país. No solo promover la investigación, sino que se comprenda para que se la sociedad utilice ese conocimiento que generamos. Sin embargo, nuestro principal sello es lograr que la ciencia comience a ser parte del imaginario colectivo de las personas, dar a conocer lo que hacemos y que cause interés, es nuestra principal misión.
-Fue anunciado en diciembre, ¿qué han conseguido en este tiempo?
-Nos hemos preocupado de establecer los principales ejes de acción y hemos comenzado a interactuar con personas relevantes en ese plan. Hemos trabajado con muchos otros ministerios. Importante recalcar que con el Ministerio de Medioambiente estamos colaborando en la organización de la Cop25, no es menor tener la mayor cumbre mundial anual de cambio climático en nuestro país. Otro tema del verano fue vincularnos internacionalmente. Nos contactamos con embajadas, representantes de países donde hay colaboraciones muy interesantes: Francia, Estados Unidos, España, Reino Unido, Japón, Corea, China. Estamos dando los primeros pasos, zanjando los acuerdos.
-Su nombramiento fue repentino, aunque no pocos científicos mencionaban su nombre, ¿cuándo supo que sería el ministro de las ciencias?
-Fue muy poco tiempo antes. Tuve un par de conversaciones previas, primero con los asesores del Presidente, en el segundo piso de La Moneda. Fue un mes antes. Luego tuve una conversación con el presidente, dos semanas antes y finalmente me llamó un día lunes y me dijo si me gustaría asumir el cargo. Dije que lo sentía como una responsabilidad. El nombramiento fue el lunes siguiente.
Estrellas, hielo, litio
Junto al escritorio, por el lado derecho, una repisa con documentos adornan la oficina de Couve. Arriba resaltan tres carpetas de color amarillo, cada una con sus propias inscripciones: «satélites», «Antártica» y «astronomía», dice cada una.
Ninguna está al azar. Uno de los principales intereses del ministro es hacer de la ciencia un cuento que se transmita boca a boca, casi como un virus popular. Por eso, dice, buscan potenciar dos polos científicos: uno en el norte, aprovechando que en 2024 Chile contará con el 75% de la capacidad telescópica del planeta; y otro en la Antártica, para consolidar a Chile dentro de los líderes de las expediciones en el continente blanco y el estudio del cambio climático. Además, agrega Couve, está al tanto del programa espacial que presentó la Universidad de Chile al Presidente, y que busca lanzar 9 nanosatélites al espacio.
-¿Ya definieron los pilares que trabajarán cuando el ministerio comience a operar?
-El ministerio debería estar funcionando con todas sus letras a inicios de 2020. Obviamente no creo que podamos mantener todo el ministerio acá en La Moneda, pero tengo la convicción de que el corazón estará acá. Mi oficina seguirá acá para que la ciencia tenga línea directa con la toma de decisiones. Lo que debemos hacer este tiempo es definir los grandes temas que abordaremos de manera multisectorial, además de identificar todas esas necesidades donde puede trabajar la ciencia e innovación para mejorar la vida de todos. ¿Cuáles van a ser esos desafíos? aún no lo sabemos. Hay ciertas áreas que el Presidente ha puesto como prioritarias, que son revolución tecnológica, envejecimiento de la población y cambio climático.
-Ministro, ¿qué hace cuando no es líder de una cartera ni científico?
-Estoy en la casa. Éste es un trabajo demandante y estos meses me llevo de la pega a la casa y al revés, jajá. Me dedico a mi familia, soy padre de tres hijos y los disfruto. Lo que trato de mantener es la bicicleta. Viajaba en ella cuando trabajé en la universidad y aún lo sigo haciendo. No lo hago todos los días por cuestiones de tiempo pero de vez en cuando puedo, hoy (viernes) lo hice, de hecho. Todavía no me reconoce la gente en la calle así que puedo venirme relativamente pedaleando desde Vitacura hasta La Moneda.
-¿Llegó el tiempo de aprovechar el potencial del país y darle un valor agregado?
-Totalmente. Un ejemplo es que estamos trabajando ahora junto con Corfo en una licitación para un instituto de tecnología limpia. Allí, recursos que provienen del litio se van a invertir en un centro de investigación y desarrollo que va a estar ubicado en el norte, para hacer investigación y desarrollo en temas de energía limpia, electromovilidad, baterías. Estamos analizando las líneas que son estratégicas para el país.
-El presupuesto para la ciencia en Chile y los científicos, ¿alcanza?
-Es importante tocar temas contingentes. Lo que hemos estado planificando es que necesitamos más recursos en Chile y estamos convencidos que los necesitamos. Lo otro es mostrar nuestra preocupación y hacer énfasis en nuestros jóvenes talentos, sobretodo por el sistema de becas. Nosotros reconocemos la preocupación de esos 241 jóvenes que están hoy con el problema de las becas de extensión y reconocemos la dificultad de la situación. Por ahora, mientras el ministerio aún no entra en funcionamiento, la resolución de ese problema le compete a Conicyt, pero en 2020 uno de nuestros pilares será impulsar el talento de los jóvenes.