El ministerio de Bienes Nacionales puso fin a la polémica con el presidente de Gasco Matías Perez Cruz y le entregó toda la razón a las veraneantes que estaban descansando en la playa en el Lago Ranco.
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El ministro Felipe Ward, citando las conclusiones del informe realizado por la cartera, aseguró que “las personas que fueron requeridas a abandonar el lugar por don Matías Pérez se encontraban ubicadas en un sector de playa del Lago Ranco, y por tanto en un bien nacional de uso público”.
En virtud de lo anterior, se considera que “no resulta adecuado el proceder del señor Pérez Cruz, toda vez que tanto el acceso como el uso de las playas en Chile no requieren permiso ni autorización alguna”.
Además, en la declaración pública, el ministro aseguró que “el comportamiento adoptado por don Matías Pérez carece de sustento jurídico, toda vez que confunde una simple extensión de las características geográficas de su terreno, con la atribución de sentirse y comportarse como dueño de un espacio de todos los chilenos”.
Ward recalcó que “las playas en Chile son públicas, no privadas, y nadie puede ser impedido de utilizarlas” y que esperan que el proyecto de ley “Playas Abiertas”, que debería publicarse la próxima semana, evite el tipo de conductas como las de Pérez Cruz, ya que “serán sancionadas con multas de hasta cinco millones”.
El ministro también dijo que el presidente de Gasco cometió un error, porque “no es su jardín, es playa y la que pertenece a todos los chilenos. Nadie puede restringir con respecto a su uso y acceso”.
Por último, Ward llamó a la “tranquilidad” luego de la manifestación que se está preparando para mañana a los pies de la propiedad de Pérez Cruz en el Lago Ranco, señalando que “esta persona se equivocó, pero la ciudadanía debe saber cómo reaccionar de la mejor forma y no convocar a actos masivos en donde se ponga en riesgo la seguridad de todos, sobre todo cuando hay menores de edad”.
Hay que recordar, que toda la polémica partió hace unos días cuando Pérez Cruz echó, de lo que consideraba «su jardín», de forma prepotente y amenazadora a una religiosa que descansaba en la playa del lago junto a su madre y una prima.