Puede sonar un poco extremo, pero un grupo de científicos noruegos descubrió una serie de beneficios al enseñarle a nadar a los bebés con sólo unos meses de vida. «Los resultados muestran claramente que los bebés que aprenden a nadar siendo muy pequeños son mejores haciendo ejercicios de equilibrio y alcanzando objetos que el resto», concluye Hemrundur Sigmundsson, coautor de la investigación y profesor de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU).
De acuerdo al estudio, enseñar a nadar a bebés a partir de sólo 2 ó 3 meses de vida no sólo ayuda a los pequeños a flotar y bucear desde la infancia, sino que aumenta su equilibrio y su destreza física cuando crecen.
En concreto, los niños que recibieron dos horas de clases de natación semanales entre los 2 y los 7 meses de edad, al cumplir cinco años eran capaces de mantener el equilibrio sobre una pierna, saltar una cuerda, andar de puntillas, meter un gol dando una patada a un balón, etc.
Todas estas destrezas las desarrollaban mejor que los niños que no estuvieron expuestos a esta experiencia.
Un flotador de entrenamiento
Si te preocupa la seguridad de tu pequeño en estas materias, la tecnología nos ha brindado nuevas herramientas para enseñarle a los menores a nadar.
Por ejemplo, en Alemania desarrollaron un flotador llamado «Swimtrainer». El objeto, con altos estándares de calidad, ya se encuentra presente en más de 40 países, entre ellos Chile.
El curioso flotador, facilita a los bebés y niños la introducción al agua durante y el nado, siendo apropiado para ocupar desde los 3 meses, asegurando una natación divertida y responsable.
Es el único flotador que logra iniciar la natación desde realmente la primera etapa. Se puede usar desde los 3 meses hasta los 6 años.
En Chile, el flotador está disponible en Bebé Urbano a 17.990. Roberto Mayerson, representante de la tienda, explica que «es sumamente importante la introducción a temprana edad al nado. Swimtrainer se convierte en un facilitador para los padres en esta tarea.
Además, este flotador sirve para prácticamente todas las edades de nuestros niños». Fabricado en fuerte PVC, el dispositivo dispone de 5 cámaras inflables. Además, posee un clip sujetador que permite ponerlo con rapidez y seguridad.
Entrenar para después brinda mayor seguridad
De todas maneras, el entrenamiento de un bebé debe ser sólo eso: un entrenamiento. Y siempre se debe contar con supervisión adulta.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) aconseja, de hecho, que los menores aprendan a nadar a partir de los cuatro años, aunque aclara que «la decisión de cuándo un niño debe iniciar dichas clases debe ser individualizada». La misma asociación señala que «existen estudios que afirman que iniciar las clases entre los uno y cuatro años disminuye el número de ahogamientos».
A mayor práctica, mayor seguridad tendrá el menor al momento de, por fin, aprender a desplazarse de manera independiente en el agua.