Ya en el colegio los profesores de geografía se esfuerzan por inculcarle a los alumnos que en Santiago tenemos un clima mediterráneo continental. Sin embargo, podrían estar equivocados. Así al menos lo indica un grupo de especialistas que asegura que estamos abandonando esa definición para transitar a uno desértico.
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Eso es lo que señaló a Publimetro Rafael Correa, especialista «seco» en cambio climático y contaminación atmosférica, y director del Departamento de Física de la Utem.
«Es prematuro hablar de eso hoy. Aún así hay un cambio en el clima de Santiago que se orienta a uno mucho más seco, que no es mediterráneo como tal, pero eso es una tendencia mundial a propósito del cambio climático», indicó Correa.
Cristóbal Galbán, profesor del Departamento de Ecología y Biodiversidad de la Unab aclaró que el período todavía es muy corto para hablar de cambio de clima, para allá vamos. «Eventualmente, con los datos que tú estás teniendo en Santiago, podríamos decir que si estas temperaturas de los últimos años se mantienen en una escala temporal más larga, unos 30, 40 ó 50 años, ahí corremos riesgo».
Calor aumentó en cuatro décadas
El problema es que en los últimos 40 años sí se ha registrado un aumento de la temperatura 1,7ºC considerando que en la década del 70, la extrema máxima promedio fue de 34,4º C versus la última década, cuyo promedio máximo es de 36,1º C.
No es todo. Las extremas de calor por décadas también son distintas. De hecho, en los 70 la máxima se alcanzó en febrero de 1979, con 35,9ºC, que no es nada en comparación a los 38,3ºC del sábado pasado y que tampoco compite con los 37,4ºC de enero de 2017.
«Puede ser que 1,5ºC más de temperatura no sea significativo para un ser humano que en ande en la calle, pero que aumentemos esto es alarmante. El sábado batimos récords de temperatura en 106 años. ¡Eso es mucho!», indicó a Publimetro Michelle Adams, meteoróloga estrella de Canal 13.
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Olas de calor se duplicaron
Estos datos, de todas formas, se deben comparar con otro fenómeno: las olas de calor. Sobre esa materia, desde Meteorología indican que en la década de 1980 a 1989 fueron sólo 12 episodios en Santiago, versus los 28 registrados desde 2010 hasta 2018.
«Las olas de calor van a comenzar a ser más altas y en cada década vamos a ir aumentando este tipo de fenómenos. Yo me atrevería a decir que en el futuro, las olas de calor van a pasar a ser normales: lamentablemente las temperaturas extremas van a comenzar a ser muy altas», señala Adams.
¿Qué riesgos corremos? «Podría agravarse los problemas de abastecimiento de agua tanto para las personas como para las actividades que la demandan. Otro tema es que los incendios y las sequías serán más frecuentes», precisa el profesor de la U de Chile, Pablo Sarricolea, doctor en Geografía y especialista en climatología urbana.
Todos los especialistas de este artículo concuerdan, en términos de solución, que sí hay salida: adaptarse. Planificar la ciudad considerando que la temperatura será más alta y producir menos dióxido de carbono es vital para combatir los calores que se pronostican a futuro.