Lentos, golosos y rechonchos. Así es como un gran número de perros se encuentran en Chile, viviendo entre el sillón y la cama, dentro de espacios cada vez más reducidos, e influidos por el estilo de vida humano que los limita a pequeñas caminatas diarias y un plato de comida que jamás está vacío.
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Mientras la sociedad se entiende cada vez mejor el concepto de tenencia responsable, el dilema de los regalones del hogar pasó a ser una cuestión de peso. Esto, porque se estima que en Chile, donde cerca del 70% de los hogares declara tener mascotas, 1 de cada 3 perros presenta problemas de sobrepeso u obesidad.
Esa preocupante cifra la consiguió el Colegio Médico Veterinario (Colmevet) tras un reciente estudio hecho en base a la constatación de casos clínicos, donde se observó que el 33% de los caninos que llegaban a consulta tienen problemas de sobrepeso u obesidad. Y lo peor: el daño no lo causan las personas que abandonan o maltratan animales, sino quienes se exceden en los mimos.
La culpa de los kilos recae en el propio dueño, dicen los expertos, producto de que cada vez trabajan más y cambian las casas por inmuebles en altura. «Lo que hemos visto acá en Chile es que la obesidad ha ido aumentando sostenidamente por el estilo de vida de la gente. Si te fijas en la ciudad, la mayoría de la gente vive más en el edificio, los perros tienen menos espacio y uno, con el ritmo de trabajo, lo saca mucho menos a pasear», explica Franco González, miembro de la Comisión de Tenencia Responsable de la Colmevet y quien formó parte del estudio.
Enfermedades
El problema no es solo estético, ya que gran parte de las personas no asocian la gordura en los perros con las mismas enfermedades que aquejan a los humanos: diabetes, hipertensión, cardiopatías, accidentes vasculares, pancreatitis y dolores articulares, por decir algunos.
En ese sentido, Carmen Luz Barrios, coordinadora del área de etología y bienestar animal de la Universidad Mayor, señala que generalmente estos perros, pese a que luzcan sanos, «son animales que tienen los parámetros fisiológicos alterados: triglicéridos, índices de glucosa, la glicemia, y el exceso de carbohidratos.
Otro detalle no menor, es que la cantidad de caninos diagnosticados con desórdenes de metabolismo también aumentó. El mejor ejemplo son quienes sufren de hipotiroidismo, y que representan el 8%, según se constató en otro estudio que detalla González, endocrinólogo de la Universidad Andrés Bello.
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¿En qué estamos fallando? «En el cariño mal entendido» y «no entender cómo es el real ejercicio para los perros», destacan los expertos.
De poco sirve bajar del departamento y caminar lentamente con el perro mientras se usa el teléfono. Lo necesario, coloquialmente, es que quede jadeando. «En general, lo normal para ellos es el mismo parámetro de la persona: deberían salir a lo menos 20 minutos todos los días. Y no de paseo, sino que de trote o ejercicio», señala González.
Ahora, si el perro ya presenta sobrepeso u obesidad y sedentarismo, un régimen aceptado para perder grasa son caminatas enérgicas de media hora, tres veces por semana. «Bajar para que orinen por 15 minutos no vale, necesitamos un ejercicio más aeróbico», agrega el académico de la Unab.
«El bienestar aborda no solamente las típicas necesidades de ponerle agua, comida e ir al veterinario. También es conductual y hasta el sanitario. La obesidad pasa a ser un problema se salud básico porque genera varios problemas en su vida: se cansan más, son más flojos, se apagan y tienen menos energía. Eso, sin contar las enfermedades y dolores articulares que deterioran y acortan el tiempo de vida», afirma Barrios.
Lo que se llevan al hocico
Según una encuesta elaborada por Mars Petcare a nivel mundial, al menos el cuarto de las personas sobrealimenta a sus mascotas para hacerlos felices. Además, el 54% les sirve comida siempre que sus perros lo piden y el 50% llena el plato de comida tanto como sea posible.
Los expertos señalan que la mayor parte de lo que comen las mascotas es «pelletizado», la clásica bolsa industrial de alimento. Por ende, y al estar tan normado, se entiende que el problema no es el pellet, sino que la cantidad. «La ración te lo dicen las bolsas. No todos los alimentos tienen la misma concentración de proteínas, carbohidratos, vegetales, pero en las instrucciones aparecen las porciones por raza y tamaño», explica la médico veterinaria Carmen Barrios.
Sobre lo mismo, Franco González, del Colegio Médico Veterinario, agrega que «importan las veces. Pequeñas cantidades, varias veces al día». Las porciones dependen de cada raza, ya sea pequeña, mediana o grande, pero la comparación siempre depende según la altura de la propia raza, y no del peso general.
La regla general de un plato es 50% vegetales, 25% carbohidratos y 25% proteínas, aunque hay razas con mayor masa muscular que pueden requerir mayor porcentaje de proteínas. Y ojo, desde los 7 años en adelante, la dieta no debe ser la misma, ya que los caninos senior deberían disminuir la cantidad de proteínas para que la fibra tome más protagonismo.
Como recomendación, no dar las sobras de los tallarines. «Los perros no degradan bien los carbohidratos. Las dietas caseras no tienden a ser muy buenas y de ejemplo están las pastas, que los tienden a hacer engordar».
A la pesa
La encuesta Mars Petcare reveló que un 40% de las personas no sabe cuánto pesa su mascota. La médico veterinaria Carmen Barrios tiene una solución sencilla: usar una balanza hogareña, tomar al perro en brazos y subirse. Luego se descuenta el peso del dueño y listo. Eso sí, nunca está de más la visita al veterinario.
También hay otras formas de saber si tu can es sobrepeso. «Lo más fácil es ver su cintura. Todos los perros deberían tener cintura al terminar la espalda, si son rectos, hay un problema», explica el veterinario del Colmevet, Franco González. Otros síntomas son el cansancio y cuando se necesita aflojar el collar de siempre.