En Reino Unido la situación financiera de los estudiantes universitarios ha llegado a niveles críticos, al punto de que una cantidad considerable de ellos opta por el trabajo sexual para poder ganar dinero.
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Gran Bretaña es una de las naciones que lidera las tasas universitarias más altas del mundo en relación con la riqueza de sus ciudadanos. Anualmente un estudiante británico desembolsa en promedio 9,250 libras al año (más de ocho millones de pesos chilenos), una cifra que no dista mucho de los aranceles chilenos.
De acuerdo con una investigación del medio británico The Independent, el aumento del costo de la vida, de las tarifas estudiantiles y la facilidad que ofrecen las aplicaciones digitales de trabajo sexual han promovido que los estudiantes opten por la prostitución para poder pagar sus estudios.
“Hemos encontrado que las personas trabajan principalmente (en el comercio sexual) para las necesidades diarias. Pero algunas personas definitivamente están trabajando para pagar las tasas de matrícula», evidencia Laura Watson, portavoz del Colectivo Inglés de Prostitutas (ECP) al medio británico.
Según el sitio web de asesoramiento monetario Save the Student, que entrevistó a 3.167 estudiantes, concluyó que más de uno de cada diez estudiantes utilizan su cuerpo para ganar dinero a través de practicas como el trabajo sexual, citas virtuales pagadas y el porno a través de una webcam.
El webcamming se ha vuelto una de las prácticas más atractivas para los estudiantes británicos debido a su flexibilidad y facilidad de uso, ya que no existe el riesgo de trabajar cara a cara y ofrece un monto de alrededor de 70 libras (62 mil pesos chilenos) por semana.
Otra práctica que cada vez se vuelve más popular es la de las citas pagadas. De acuerdo con el sitio web Seeking Arrangement de Sugar Daddy, donde se les paga a mujeres jóvenes para salir con hombre más viejos, ha tenido cientos de suscripciones de estudiantes universitarios, según Independent.
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Save the Student dio a conocer también que un 11% de los estudiantes universitarios entrevistados apuestan o utilizan su cuerpo (para probar drogas o en el comercio sexual) para conseguir dinero en todo Reino Unido.
Mala respuesta de las universidades
Distintas organizaciones de estudiantes han tratado de crear conciencia y apoyar a las trabajadoras sexuales para reducir la discriminación que enfrentan, pero las universidades no han otorgado la respuesta que esperan. Muchas veces las instituciones buscan hacer «la vista gorda» o bloquean a los grupos que buscan dar apoyo.
Una joven de una universidad en el sudoeste de Inglaterra, que habló en condición de anonimato con Independent, indicó que comenzó en el comercio sexual de «servicio completo» porque su préstamo estudiantil no cubría el pago de la renta.
«La situación financiera de los estudiantes se está volviendo cada vez más sombría y los precios de los alquileres realmente están subiendo», explicó la joven con ahora 22 años y la carrera finalizada al medio. La mujer se plantea la posibilidad de realizar una maestría y posteriormente un doctorado, pero siente que tendrá que continuar con el trabajo sexual para cumplir estas metas.
La portavoz del ECP explica que «las universidades están preocupadas por la mala prensa (…) Están confiando en la buena prensa y el dinero de la gente que viene».