Otra vez el Presidente Sebastián Piñera salió a defender la decisión de Chile de salirse del Paco de Mundial de Migraciones que fue firmado el fin de semana pasado en Marrakech, una de las ciudades más importantes de Marruecos. Fueron sólo 17 países que son miembro de la ONU que demostraron su reparo a firmar el documento y uno de ellos es nuestro país.
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Esto valió críticas al Mandatario, quien tomó la misma decisión que sus pares de Estados Unidos, Israel y Hungría, representantes de una visión de derecha dura, con visos nacionalistas.
Fue por eso que la materia se mantuvo en la agenda del Gobierno. Tanto así que desde Europa, la ex Presidente Michelle Bachelet incluso aseguró que «esperaba» que nuestro país cambiara de opinión sobre esa materia.
Se fue en picada
Fue así como este viernes Piñera otra vez quiso referirse al tema, aunque ahora con un tono aún más fuerte al que adoptó durante la semana.
«Los Derechos Humanos son universales y deben ser respetados y protegidos para todos, regulares o irregulares, todo el tiempo, en todo lugar y circunstancia», partió diciendo el Jefe de Estado.
Pero tras eso señaló que «el Pacto de Marrakech indudablemente incentiva la migración irregular, al fomentar el trabajo informal y al promover el ingreso de los denominados inmigrantes vulnerables, al dificultar la detención de migrantes irregulares y al otorgar acceso a pensiones a estos migrantes sin que cumplan con los requisitos de nuestro país».
Además indicó que se hace difusa la línea entre «migrantes» y «refuguiados» y migrantes «regulares» e «irregulares».
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También precisó que con este trato es necesario revisar nuestras leyes y «promover nuevos acuerdos bilaterales o regionales y adicionalmente, establece como deber del Estado crear condiciones para el desarrollo económico y social para aquellos migrantes que son expulsados de un determinado país».
Así indicó que «una vez que hayan retornado a su país de origen, el Estado que los había expulsado tiene la obligación de prepocuparse de su asistencia social, sicológica y de oportunidades de empleo allá».
En tercer lugar, aseguró que interfiere en cómo el país debe proteger sus propias fronteras.
Análisis detallado
No fue todo. El Mandatario también aseguró que hizo un análisis detallado del texto. En esa línea, enfatizó que pese a no ser vinculante -es decir, que todas sus resoluciones sean estrictamente obligatorias para el país- indicó que otros elementos sí lo inducen a realizar acciones.
«El Pacto de Marrakech utiliza 86 veces la palabra ‘compromiso’ y 15 veces la palabra ‘deber’ y adicionalmente la experiencia nos ha demostrado que este tipo de pactos puede y ha tenido efectos políticos y jurídicos. Porque estos instrumentos, conocidos como softlaw, son muchas veces utilizados por instancias internacionales incluyendo tribunales internacionales para exigir su cumplimiento o pretender derivar de ellos obligaciones jurídicas de parte de los Estados que se atienen a esos pactos», agregó el Jefe de Estado.
Asimismo, respondió las críticas que apuntan a que la decisión de no firmarlo va en contra de políticas de integración de la región. En esa línea indicó que compromisos con el Pacto de París o el Pacto de Bogotá, son demostración de lo contrario.
«No puedo apoyar un texto por las razones mencionadas y después de un profundo análisis, considero que no resguarda los intereses de los chilenos», indicó el Jefe de Estado.