Las encuestas ya lo adelantaban y las elecciones regionales de este domingo lo ratificaron: Vox, partido español de ultraderecha, logró 12 escaños en el Parlamento regional de 109 miembros en Andalucía, la región más poblada del país.
El partido antiinmigrante, antifeminista y euroescéptico Vox fue fundado hace cuatro años y hasta ahora no había ganado bancas en ningún órgano legislativo español.
Sin embargo, estos comicios ratificaron que la extrema derecha podría tener en sus manos la llave del futuro gobierno andaluz si logra formar alianza con los conservadores del Partido Popular y los centroderechistas del partido Ciudadanos, para así alcanzar una mayoría de 59 escaños.
El regreso del fascismo
Esta victoria representa un revés para quienes creían que el recuerdo amargo de la dictadura franquista y el consenso sobre los beneficios de la Unión Europea habían vacunado al país contra la ola populista en auge en Europa.
La dirigente ultraderechista francesa Marine Le Pen fue una de las primeras en felicitar al dirigente nacional de Vox, Santiago Abascal, por lo que calificó de «resultado muy significativo para un movimiento joven y dinámico«.
En contraste, el presidente Pedro Sánchez tuiteó el lunes que «mi Gobierno seguirá impulsando un proyecto regenerador y europeísta para España» y añadió que «los resultados en Andalucía refuerzan nuestro compromiso de defender la #Constitución y la #Democracia frente al miedo».
Tras contabilizarse el 99% de los votos, los socialistas ganaron la elección al obtener 33 bancas, lo que a la interna significa una derrota comparado con los 47 escaños ganados en 2015 y lejos de la mayoría de 55 necesaria para gobernar, aunque tuvieran el apoyo de Adelante Andalucía, la filial local del partido antisistema Podemos, que obtuvo 17 bancas.
«A pesar de haber ganado las elecciones, es una noche triste para los socialistas«, dijo la presidenta interina de Andalucía, Susana Díaz. «Es evidente el retroceso real de la izquierda. Pero lo más grave es que ha entrado la extrema derecha y lo ha hecho en Andalucía».
Alianza
Andalucía ha sido un bastión socialista durante 36 años, pero el partido podría perder el control del gobierno si las fuerzas de derecha se unen, aunque eso requeriría que unieran fuerzas con Vox.
Por su parte, Díaz atribuyó la falta de apoyo a los socialistas a la alta tasa de abstención, interpretada como un castigo de los votantes tradicionales de la centroizquierda a los escándalos de corrupción en el partido.
«Quienes se quedaron en casa, que sepan que hemos entendido el mensaje y tomamos nota», dijo Díaz y llamó a los demás partidos a erigir un «dique de contención de la extrema derecha en España».
«Hago un llamamiento a las fuerzas políticas constitucionalistas para parar a la extrema derecha en Andalucía«, recalcó la líder.
Vox
Santiago Abascal, de 42 años, miembro de una familia que fue blanco de la milicia separatista ETA en su región vasca natal, festejó la victoria de su partido señalando que el apoyo provino de quienes «han visto que todas esas cosas que ellos sentían, que ellos decían y que ningún otro partido representaba».
Un manifiesto de Vox llama a limitar los poderes de las regiones autónomas, empezando por la educación y la salud y a despojar a Cataluña de su gobierno autónomo tras el intento de independizarse de España.
El partido aboga por proscribir las organizaciones separatistas catalanes, reducir los impuestos, reformar las leyes sobre violencia doméstica, restringir el aborto y cerrar las puertas a los inmigrantes no autorizados.
En tanto, el presidente Sánchez hoy lidera un gobierno minoritario en España desde que encabezó la destitución del expresidente Mariano Rajoy, quien perdió una moción de censura.
Se especula que Sánchez podría convocar a elecciones anticipadas si no logra que se apruebe el presupuesto nacional para este año, en lugar de continuar durante todo el periodo legislativo, el cual vence en 2020. De ser así, se espera que Vox irrumpa y sea la gran sorpresa en los próximos comicios.