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Desde una obra regalada por Mussolini hasta un caballo tamaño real: las otras obras que están perdidas en Chile

Un caballo de tamaño real, un reloj ingles en Valparaíso y una obra que retrata el nacimiento de Roma donada a Talca hoy brillan por su ausencia.

Ya van 21 estatuas incautadas en el fundo de Raúl Schüler, en San Francisco de Mostazal. A las 11 obras incautadas la semana pasada, este miércoles se encontraron 10 más. Una de ellas está hecha de hierro, viene de Francia y está avaluada en «más de $200 millones», según informó el comisario Luis Mardones, jefe de la Bidema Metropolitana de la PDI y encargado del nuevo allanamiento.

Las pericias realizadas en el domicilio del empresario abrió una caja de Pandora: ello pues en Chile hay cientos de obras que están perdidas y que se siguen buscando. Estatuas que alguna vez estuvieron en lugares públicos, todas con historia, hoy se encuentran sin paradero conocido. Esta es la historia de al menos tres obras de alto valor histórico.

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Regalo de Mussolini

Era 1940 y en Europa estaban en plena Guerra Mundial. Aún así la comunidad italiana de Talca consiguió que el Gobierno del fascista Benito Mussolini enviara a Chile tres estatuas de «La Loba Capitolina», todas hechas de bronce y con un peso aproximado de 150 kilos.

«Se hizo para festejar el bicentenario de la fundación de la ciudad de Talca», indicó a Publimetro Cristián Fuentes, historiador y académico de la Facultad de Gobierno de la U.Central.

Todo iba bien hasta el terremoto de 2010. Ahí fue cuando desapareció. Alberto Sironvalle, administrador del Facebook, sostiene que la tesis que suena más fuerte es que la robaron para fundirla. Aún así tuvo la suerte de encontrar una foto antigua de cuando aún existía, donde es posible ver la obra.

Caballo cabalgó al portal de lo desconocido


No se sabe con exactitud cuándo se construyó pero sí que a fines del siglo XIX una estatua metálica con forma de caballo de tamaño real estaba ubicada en la entrada de Merced del Cerro Santa Lucía. Lo sostenía un arco de ladrillos que tenía 4,5 metros de ancho y 6.5 metros de alto.
Algunos dicen que para 1905, más o menos, se le trasladó al Club Hípico, sin embargo, otros señalan que desapareció no más. Lo cierto es que Alberto Sironvalle alcanzó a rescatar una foto de la obra. Ahora, cree que puede estar en un fundo en el campo.

«El otro día viendo las noticias, estaban mostrando un lugar del sur y me pareció ver una estatua de caballo en proporción 1:1». Fue tan a la pasada, que no alcanzó a ver ni donde ni en qué noticiario era. Le perdieron la huella, otra vez.

El reloj del Nudo Barón desapareció de un minuto a otro


El 1 de octubre de 1852 se instaló la primera piedra de la estación Barón, del ferrocarril de Santiago a Valparaíso. Tres años después ya había incluso una torre hecha con cal y ladrillo de 15 metros de altura. Para que nadie se retrasara, arriba había un reloj de fabricación inglesa.

Irónicamente el tiempo hizo que comenzara a fallar. Fue así como en 2010 ya era sólo un adorno. Por eso, ese año decidieron repararlo pero el destino hizo paralizar la obra. La teoría indica que el reloj fue entregado a un experto de Quilpué a quien se le perdió el rastro.

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«El Reloj de Barón, junto a otras estatuas, es lo que la ciudad necesita recuperar» indicaron a Publimetro desde la Dirección de Comunciaciones de Valparaíso. «Usaremos todas las vías posibles, entendiendo que hay procesos investigativos vigentes» agregaron. También precisan que «agradeceremos, como fue en el caso de la estatua La República, cualquier información que pueda ayudar a recuperar lo que nos pertenece». La idea es ubicarlo antes de que sea tarde.

Análisis

Para el profesor Fuentes, no sólo estatuas o grandes obras perdidas son parte del patrimonio perdido. También hay otros elementos que, con su ausencia, producen un dolor histórico: la piocha de O’Higgins, la Declaración de Independencia o la Espada de Bulnes, por citar algunos ejemplos.

«Esos son artículos de mayor valor por lo simbólico. La piocha de O’Higgins, por ejemplo, es el símbolo real del traspaso del poder. Los presidentes se quedan con su banda y el que asume viene con su propia banda presidencial. Entonces el traspaso de banda no simboliza el traspaso del poder, es la piocha lo que lo hacía», agrega.

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Por eso indica que al ser robados o destruídos, «se pierde historia, son símbolos, son monumentos simbólicos». Y la historia requiere de ellos.

 

 

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