Este domingo entra en vigencia la Ley de Convivencia Vial, una que regula el uso de medios de transporte como bicicletas, patines, patinetas, scooter y otros. ¿La idea principal? Baja a la mayoría de estos sistemas a la calle, despejando así las veredas.
Según indica el texto legislativo, desde ahora en adelante se considerará como «ciclo» a todo aquel medio de transporte «de una o más ruedas, propulsado exclusivamente por una o más personas situadas en él». Si tiene motor, no debe superar velocidades de 25 km/h y, de ser así, todos los «ciclos» deben circular por ciclovías. Si esta no existe, se debe hacer por la pista derecha, que es la más cercana a la vereda.
Quienes conduzcan uno de estos ciclos deben, además, llevar casco, prendas reflectantes y luces, entre otras disposiciones. Aquellos que no cumplan tales disposiciones se arriesgan a multas que van desde los $10 mil hasta $48.100 (desde 0,2 UTM hasta 1 UTM).
Dudas que deja la ley
Pese a que los más agradecidos son los peatones, hay varias dudas y cuestionamientos a esta nueva ley de parte de ciclistas y especialistas en transportes.
Así al menos lo hizo notar a Publimetro Jaime Pena, director ejecutivo de Chile Pedaleando, una agrupación de ciclistas de todo el país. Según su visión, que «el principio de sacar al ciclista de la vereda está bien. Pero hay problemas porque no se pensó en la contraparte».
«Hay un absurdo en la ley que obliga al transporte público, a los automovilistas y otros a adelantar a un ciclista con 1,5 metros de distancia. ¿Quién va a medir eso? ¿Cómo se va a fiscalizar?», se cuestionó Pena.
Afirmó que además faltó difusión. «Nosotros hicimos un ejercicio: fuimos a distintos puntos de Santiago a preguntarle a los choferes del Transantiago y a conductores de vehículos si acaso sabían de esta disposición. ¡Nadie tenía idea!», reclamó el vocero.
En ese sentido, aseguró que ya hay quienes que piensan en no bajar a la calle en comunas peligrosas, donde haya mucho tránsito vehícular, para evitar exponerse a accidentes.
«En nuestras redes sociales mucha gente ya está diciendo ‘yo prefiero que me saquen la multa y andar por la vereda’ en vez de arriesgar mi vida», sostuvo Pena.
Voz de un experto
Ello pues como las ciclovías serán compartidas, «al final van a ser una especie de bolsillo de payaso: van a poner a todo lo que cabe ahí, hasta el carro con el que se vende helados», agregó.
Para el especialista en transportes y ciudad, Felipe Ulloa, ex consultor de la Cepal, esto último podría efectivamente aumentar el riesgo de accidentes en la calle. De hecho, indica que algunas ciclovías, como la de Teatinos «no podría absorber una demanda de bicicletas, patinetas, monopatines eléctricos y logísticas urbanas como Uber Eats, que también compite por el uso de las vías entre otros actores económico».
«Santiago no está preparado para esta ley, pues no tiene infraestructura adecuada. El eje Apoquindo – Providencia – Alameda con bicicletas, patinetas, automóviles, buses, bicicletas de reparto como las nuevas aplicaciones que reparten comida y otros usuarios sin una norma que defina al menos zonas de baja velocidad y de carriles o pistas de uso compartido con señaléticas adecuadas y al menos pistas pintadas señalando sus usos», agrega Ulloa.
Ministerio de Transporte defiende la ley
Consultada sobre estos puntos, la ministra de Transportes, Gloria Hutt, indicó que «estamos preparando algunos instructivos» para solucionar tales problemas. De hecho, informó que a través de esta vía se intentarán atar los «cabos sueltos». Una de ellas es qué pasará con las calles en las que no hay ciclovías y la pista derecha es «sólo bus».
«Nosotros vamos a definir qué cosas son exigibles en esta primera etapa. Hay una serie de definiciones más específicas que quedan en reglamento», precisó.
Por último, señaló que «el llamado principal es a tomar consciencia».
