Cuando algunos espías como James Bond llegan a su oficina, pasan por un sistema de reconocimiento biométrico que les «escanea» la cara y les permite entrar. Un dispositivo similar es lo que tiene el nuevo «súper paradero antievasión» del Transantiago: una zona en la que se debe pagar afuera del bus, que opera a la salida del Metro Barrancas en Pudahuel y que trae varias innovaciones.
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Junto con compararlos con un andén de Metro, la ministra de Transportes, Gloria Hutt destacó que «hay un control muy novedoso para los buses que no paran a recoger pasajeros. El bus que incurra en ese comportamiento queda registrado dentro de los datos que recoge esta zona paga».
Esto se dará gracias a unas cámaras que apuntan hacia los buses y permite recopilar información respecto a cuál de ellos se detiene y cuál no.
Eficiencia energética
Pero no es todo: también son eficientes desde el punto de vista energético, pues combinan la corriente común con una red de generadores fotovoltaicos.
Esta energía en conjunto servirá para paneles eléctricos con información de recorridos que tienen (hay un letrero que indica cuánto falta para que llegue el bus) y también para darle energía a los tótems y validadores que tendrá el área.
Cámara biométrica
Por otra parte, afuera y justo en el lugar donde se valida, se instalaron pequeñas cámaras biométricas, similares a un ojo de computador, y que permite identificar las facciones de los usuarios de la Tarjeta Nacional Estudiantil (TNE) para comparar sus rostros con los datos de su plástico. La idea, a la larga, es que se disminuya el uso fraudulento del «pase escolar».
Y aunque todavía está en marcha blanca, la idea a futuro es poner este «ojo acusete» a disposición del Ministerio de Transportes, según indicó a Publimetro Luis Alberto de la Cruz, gerente de la División de Servicios de Sonda en Chile.
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«En este momento lo que hacemos es reconocer a la persona que está haciendo uso de la TNE. No estamos comparando ni levantando información todavía, porque eso requiere otras autorizaciones. Sí estamos poniendo a disposición un sistema tecnológico que permite registrar a la persona que use su Bip!», sostuvo De la Cruz.
Aseguró que por mientras los datos los guardan ellos y no pretenden usarlos, pues por ahora el objetivo sólo es «mostrar todas las tecnologías que pueden estar presentes en una zona paga. La decisión final de qué se incorpora o no al resto de paraderos no nos corresponde a nosotros».
Mejoras para trabajadores
De todas formas, las innovaciones no sólo apuntan a los usuarios, sino que también a los trabajadores. Ello pues en la zona de validación habrá fiscalizadores, los cuales ahora tendrán una caseta para descansar y, en los próximos meses, hasta baño.
Eso fue lo que destacó Yessenia Rojas (27), quien lleva siete meses certificando que los usuarios del Transantiago efectivamente hagan sonar su Bip!.
«Antes no teníamos donde tomar nuestro break, donde ir en la hora de la colación y ahora sí. Lo mismo con las pertenencias: con estos paraderos ahora uno puede dejar sus cosas con tranquilidad, no como antes. Quizás en verano no es necesario, pero en invierno o cuando llueve, sí», informó Rojas.
En esa línea también le alienta lo que se viene para más adelante. «Acá ya hay un espacio demarcado donde nos dijeron que, en un futuro, va a haber un baño», declaró.
Replicarán el modelo
La idea que tienen en el Ministerio de Transportes, es replicar las unidades en Avenida Grecia, donde correrán los primeros 100 buses eléctricos BYD que llegarán a Chile en dos semanas más.
«Para las siguientes zonas pagas tenemos una cronología clara para tener 40 nuevas en el corredor de Grecia para marzo de 2019. Esperamos que la primera esté lista a mediados de diciembre, cuando empiecen a operar los primeros buses eléctricos», indicó al respecto el jefe de la Dirección de Transporte Público Metropolitano, Fernando Saka.
Cabe mencionar que el costo de instalación de estos paraderos es de $33 millones, los cuales fueron solventados gracias al respaldo de Corfo.