La tarde del miércoles en un departamento de Valparaíso, un terrible episodio de violencia machista se vivió entre una pareja de Carabineros.
Él, identificado como C.S.A.N, reaccionó de manera violenta frente a su conviviente, justificando la acción luego de que ella abriera una cuenta de Facebook “sin avisarle”.
Sí, sólo el hecho de ingresar a esa red social desató que el Carabinero la comenzara a insultar diciéndole que “se andaba vendiendo y que llevaría a otros hombres al hogar”.
Tras esto la funcionaria corrió a refugiarse al baño mientras casi fue alcanzada por los utensilios de cocina que su pareja le lanzó. Cubiertos, un plato con comida y un vaso acabaron destrozados en la pared debido a la fuerza de los proyectiles.
La violencia fue tal, que no contento con la escena, el Carabinero de una patada abrió la puerta del baño donde se escondía de él su pareja.
Al entrar, tomó el celular de la joven y lo arrojó al inodoro. Ahí ella lo rescató del agua rápidamente, sin embargo, esto sólo motivó más la ira del uniformado.
A la fuerza llevó a la joven al pasillo y la zamarreó, para volver a quitarle el aparato de las manos y pisarlo hasta destruirlo.
Denuncia
Inmediatamente después de la agresión la carabinera fue expulsada del departamento en que vivían hace un año y ocho meses por el funcionario, y sólo le permitió guardar un poco de ropa.
La uniformada se acercó al cuartel donde trabajaba para contarle a una oficial lo sucedido, quien dio curso al procedimiento.
Cárcel
El día de ayer el arrestado y la víctima se encontraron en la audiencia de comparecimiento. Ahí ella aseguró que no era el primer episodio de violencia física y que en ocasiones tenía que ir a la comisaría a trabajar con moretones y mentir sobre su origen.
A pesar de los antecedentes el carabinero quedó en libertad sin prisión preventiva y con una audiencia de procedimiento fijada para el 21 de noviembre.
Quedó con restricción de acercarse a la víctima y orden de abandonar el hogar. Además debió entregar su arma de servicio y acordar someterse a un tratamiento de control de impulsos.
La Fiscalía pide una pena de 300 días de presidio por la agresión y otros 240 por el delito de daños.