El planeta está pagando las consecuencias del acelerado ritmo de vida de los seres humanos. Y no sólo a nivel estructural (llámese terrenos y recursos hídricos), sino que el impacto sobre otras especies parece no tener freno.
El Informe Planeta Vivo de WWF, en su versión 2018, presenta un inquietante panorama. ¿Los afectados? La vida silvestre, los bosques, los océanos, los ríos y el clima de todo el planeta. A tal punto que, en los últimos 40 años, se indica que las poblaciones globales de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles disminuyeron en promedio un 60%. La caída más pronunciada la sufrieron las especies de agua dulce (83%).
Monitoreando a las especies
El dato se obtuvo a través del IPV (índice planeta vivo). Este IPV abarca 16.704 poblaciones de un total de 4.005 especies monitoreadas; entre ellas cerca de 50 chilenas.
Enfocándonos en especies, son miles las afectadas, aunque se han encendido las alarmas mediante campañas para proteger a el oso panda, el tigre de bengala, el elefante, el gorila, la tortuga marina, la ballena, entre otras. Los rinocerontes también encienden las alarmas de organizaciones pro especies, más aún cuando hace poco se supo que el último espécimen de rinoceronte blanco dejó de existir.
Amenazas para el planeta
Las principales amenazas a la biodiversidad están estrechamente vinculadas a las actividades humanas e incluyen la pérdida de hábitat, la degradación y la sobreexplotación.
Esto se evidencia, por ejemplo, en que en la actualidad un tercio de la captura global de especies del mar está representado por solo 10 de las 1.500 especies explotadas en todo el mundo. Asimismo, las selvas tropicales se están reduciendo: casi el 20% de la Amazonía, el pulmón del planeta, ha desaparecido en solo 50 años.
“La ciencia nos muestra la dura realidad que nuestros bosques, océanos y ríos están enfrentando en nuestras manos. De kilómetro en kilómetro y de especie en especie, la reducción de los sitios naturales y las poblaciones de vida silvestre son un indicador del enorme impacto y la presión que estamos ejerciendo sobre el Planeta, amenazando la estructura viva que nos sostiene a todos: la naturaleza y la biodiversidad», señala Marco Lambertini, director general de WWF Internacional.
Lo que el planeta nos otorga
El informe no sólo destaca el impacto del ser humano en la naturaleza. También hace el ejercicio inverso refiriéndose a la importancia y el valor de la naturaleza para la salud y el bienestar de las personas, nuestras sociedades y las economías.
A nivel mundial, la naturaleza proporciona servicios por un valor aproximado de US$ 125 billones al año, al mismo tiempo que ayuda a garantizar el suministro de aire fresco, agua potable, alimentos, energía, medicamentos y otros productos y materiales.
¿Y qué sucede en Chile?
Para Ricardo Bosshard, director de WWF Chile, los datos del Informe Planeta Vivo 2018 nos piden con urgencia cambiar la forma en que nos relacionamos con la naturaleza.
«Este informe muestra que es urgente establecer un nuevo acuerdo global por la biodiversidad y las personas, lo que esperamos se concrete en noviembre durante la próxima Conferencia de las Partes de la Convención de Biodiversidad (CDB), donde esperamos que Chile refuerce su compromiso con la protección de nuestros ecosistemas y especies», señala.
«Chile necesita terminar con la actual fragmentación institucional y de políticas respecto a la conservación de su diversidad biológica, además de garantizar la eficacia de los recursos invertidos en ella y la participación de comunidades locales e indígenas», agrega Bosshard.
«Por ello, es imprescindible contar a la brevedad con un Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, iniciativa que ya se arrastra por varios gobiernos», concluye.
Como datos extra, en Chile hemos perdido el 42% de nuestros bosques nativos y existe casi un 80% de tierras degradadas, un 21% de ellas en proceso de desertificación.