Los resultados son alarmantes: 85% de las mujeres que usa el transporte público en Santiago manifiesta haber sido víctima de algún acto intimidatorio de su integridad física. ¿En simple? Son 8 de cada 10 mujeres que toma el Metro o la micro. Con estos números, la capital chilena se ubica por sobre Buenos Aires, que alcanzó 27% entre las encuestadas; y sobre Quito, que llego sólo a 11%.
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No es todo, con eso 9 de cada 10 mujeres considera inseguro el transporte público en Santiago, versus lo que ocurre en Buenos Aires, donde la cifra cae a 7 de cada 10 usuarias o lo succedido en Quito, donde los números son de una de cada 3.
Las cifras pertenecen a un estudio realizado por el Banco de Desarrollo para América Latina (CAF) pero fueron presentadas este jueves por los alcaldes de Recoleta, Daniel Jadue, de Peñalolén, Carolina Leitao y de La Pintana, Claudia Pizarro, en conjunto con la ex ministra de Transportes, Paola Tapia y ahora fundadora de «Mujeres en Movimiento».
Botón de pánico
A propósito de este estudio, los presentes pidieron incluir más medidas de seguridad para las mujeres, incluyendo un botón de pánico para el transporte público que ya funciona en Quito.
El detalle del funcionamiento lo entregó Daniela Chacón, concejala de Quito y ex vicealcaldesa. La autoridad ecuatoriana aseguró a partir del año 2017 incluyeron «un sistema tecnológico para, dentro del bus, a través de un sistema de mensaje SMS, se establece que hay un caso de acoso y se genera un botón de pánico: una alarma empieza a sonar en el bus que identifica que una situación de acoso ha sucedido».
Tras esto, es personal de la policía el que toma el caso y sigue con los conductores regulares que existen en Ecuador para los casos de acoso.
Detalles de la encuesta
La encuesta fue realizada en las tres ciudades. En nuestra capital se incluyó a 404 hombres y 386 mujeres a la salida de estaciones de Metro y paradas del Transantiago de zonas identificadas como de alto, medio y bajos ingresos; a 465 hombres y 690 mujeres en ocho estaciones de intercambio del transporte público en Quito; y a 379 hombres y 410 mujeres en Buenos Aires.
