Alexander Stuart-Houston intentó borrar su pasado y dejar atrás al miembro más famoso de su familia; Adolf Hitler. El hombre de 68 años es hoy el mayor de los descendientes del Führer y probablemente el que ha vivido más anónimamente.
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El sobrino nieto del dictador Nazi fue encontrado en una pequeña ciudad llamada Patchogue, en Long Island, New York, donde vive una vida tranquila y alejada de los crímenes que su siniestro pariente protagonizó hace casi siete décadas.
Pese a que su segundo nombre es Adolf -en honor a su tío abuelo-, ya en 1946 los descendientes de esta familia decidieron cambiar su apellido para posteriormente hacerse llamar Stuart-Houston, razón por la que su vida era hasta ahora un misterio.
Lo encontraron
El diario alemán Bild fue el responsable de este “hallazgo”. Luego de una intensa búsqueda, el hombre fue fugazmente entrevistado, instancia en la que opinó sobre dos figuras políticas del momento.
Por un lado, reveló que tanto él como sus hermanos son republicanos, pero consideran a Donald Trump como un personaje “mentiroso”.
«Trump es la última persona a la que admiraría. No está ni mucho menos entre mis favoritos. Algunas cosas de las que dice están bien, pero no me gustan los mentirosos”, dijo el sobrino nieto del dictador en la entrada de su casa.
Por otra parte, a quien sí declaró que admira es a la canciller alemana Angela Merkel: «Me gusta. Es muy buena. Parece una persona inteligente que hace lo que tiene que hacer».
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Si bien la conversación con el reportero fue corta, el descendiente del alemán aseguró que esto se debe al temor de que sus palabras sean tergiversadas. «No oculto mi procedencia familiar, pero no es algo de lo que me enorgullezca», dijo sobre sus raíces.
Su linaje
Alexander es hijo de William Patrick Hitler, sobrino de Adolf Hitler e hijo de Alois, el medio hermano del líder nazi.
En la década de los 30’, él y su familia abandonaron Inglaterra rumbo a Alemania para buscar trabajo. Tanto por su parentesco como por su ideología política – apoyaba el nacionalsocialismo- a «Willy» le fue fácil convertirse en banquero.
Pese a esto, a William nunca le gustó su trabajo, razón por la que emigró a Estados Unidos donde se unió a la Marina, que lo llevaría -irónicamente- a luchar contra los alemanes en la Segunda Guerra Mundial.