Nahir Galarza sigue dando qué hablar. Luego de ser condenada a cadena perpetua por el asesinato de Fernando Pastorizzo, la joven fue trasladada a una cárcel de alta seguridad, en donde estaría sufriendo amenazas por parte de una rea.
Y claro, la muchacha se encuentra en la Unidad Penal Nº6 de Paraná, el mismo recinto en donde la viuda de un narco cumple condena.
¿Por qué es relevante este dato? porque quien mató a Claudio Marcelo Cañete fue nada más ni nada menos que el padre de Galarza, quien se desempeña como oficial de policía. Esto ocurrió el sábado 20 de septiembre de 1996 en la ciudad de Concordia, durante un confuso operativo encubierto. El hombre fue acribillado con una escopeta y por la espalda por el uniformado.
Luego de aquel asesinato, la familia Galarza sufrió graves amenazas e incluso fueron víctimas de un atentado con una granada, según lo que relata el sitio Perfil.
La cárcel en donde se encuentra alojada alberga a otras mujeres que cometieron crímenes similares. Será en este lugar donde Galarza estará toda la vida, tal como ordena su condena.
Sin privilegios
Nahir aún no tiene tareas específicas dentro del penal, pues se encuentra en periodo de evaluación psicológica.
Pese a ello, fue la misma joven quien en entrevista con Ahora aseguró que jamás pensó en atentar contra su vida, sosteniendo que su ánimo no ha logrado decaer lo suficiente.
En aquel recinto carcelario alojan 88 internas, todas con una rutina que comienza a las 6:30 de la mañana, momento en que se levantan para desayunar y posteriormente empezar a trabajar.
Para esta labor tienen dos opciones; o ayudar en la cocina, preparando las comidas del día, o en la lavandería.
Como aún no tiene una tarea designada, Nahir pasa el día en su pabellón junto a otras cuatro mujeres, siendo una medida estricta que la joven no ha intentado traspasar.
Por otro lado sus padres ya no le llevan comida, más bien come lo mismo que todas las internas pues como recalcan desde el penal “acá no hay privilegios”.
Los hechos
Fernando Pastorizzo falleció el pasado 29 de diciembre como consecuencia de dos disparos producidos por una pistola de 9 milímetros. El primer disparo fue por la espalda y el segundo en el pecho.
El arma pertenecía al padre de la familia Galarza, y fue la misma Nahir quién confesó haberla hurtado y ser la autora de los impactos. Pese a ello, días después la joven cambió su versión de los hechos, apelando a que en realidad los disparos fueron accidentales.
Pero esta no fue la versión definitiva, pues luego, la rubia sostuvo que fue obligada por Fernando a abandonar su casa a punta de pistola, y que cuando iban juntos en la moto, el joven perdió el control y en ese momento se escucharon un par de “explosiones” que terminaron con la vida de Pastorizzo.
Finalmente, la Fiscalía la acusó de homicidio doblemente agravado por el uso de armas de fuego y por ser su pareja, razón por la que hoy cumple cadena perpetua en dicho penal.