Menos hogares están endeudados, más están ahorrando y la mayoría se la está jugando por bienes durables. Esa es la principal conclusión que se sacó de la Encuesta Financiera de Hogares 2017 que ayer entregó el Banco Central.
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Los datos muestran que los chilenos mejoran en las finanzas y gestionan mejor sus ingresos. Esto se expresa en que, tras tres años, la cantidad de hogares deudores bajó de un 73% al 66%, los que dicen ahorrar aumentaron de un 26 a un 36%, y que los créditos de consumo y el uso de tarjetas de casas comerciales bajó ostensiblemente.
Lección aprendida
«En el fondo hay un cambio en los hábitos de consumo de los chilenos en los últimos tres años que se nota: están más informados y más reflexivos en las decisiones de compra», dice Catalina Maluk, decana de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Central. La economista opina que el debate sobre las AFP, mal que mal, terminó haciendo un efecto positivo en la ciudadanía.
«Los chilenos sabemos que vamos a tener bajas pensiones, y con las expectativas de vida que se han alargado, los tramos de edad más jóvenes ahora buscan invertir y gastar en bienes más durables», agrega Maluk. Eso sobretodo se demuestra en que las deudas por créditos de consumo se desplomaron de un 63 a un 55% en tres años, mientras que las deudas hipotecarias crecieron del 19 al 21%.
Si antes era común que las personas de clase media compraran en supermercados y pagaran con tarjetas de crédito a 3 o 6 cuotas, la experta dice que rápidamente las personas comprendieron la máxima de las finanzas: el gasto de corto plazo se debe financiar con el ingreso de corto plazo.
En tanto, José Luis Ruiz, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, resalta el hecho de que el uso de tarjetas de casas comerciales cayó de un 53% a un 44%. Eso, contrastado con que el uso de las tarjetas de crédito bancarias aumentó de un 23 a un 28%, significa un plus para las personas. «Las casas comerciales cobran intereses más altos que los bancos, por lo que ese cambio porcentual se ve como positivo», recalca.
Gasto para las deudas
Otro dato interesante es que en 2014 se destinaba un 20% de los ingresos mensuales para pagar deudas, pero en 2017 aumentó al 25%. ¿Implica un retroceso? «Lo complejo no es la deuda, es la morosidad. Los datos muestran que se está invirtiendo en viviendas, y ese no es un gasto riesgoso», explica Maluk.
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La académica puntualiza que el aumento de los montos de deuda se sustentan en que los hogares de más ingresos (869 mil pesos en adelante) apuestan más por los créditos hipotecarios. A su vez, Ruiz agrega que en los hogares del primer tramo (menos de 869 mil en ingresos mensuales) «ha crecido de manera significativa su acceso a la vivienda propia».
Finalmente, la economista de la Universidad Central resalta el hecho de que las compras por internet hayan crecido del 35 al 45%. «Es positivo porque disminuyen el consumo, compras lo necesario. Las compras presenciales te llevan a que te tientes y gastes más productos de los necesarios», cierra.