Este jueves 6 de septiembre nace oficialmente la Región del Ñuble, teniendo como capital a Chillán y abarcando tres provincias con 21 comunas, incluyendo Cobquecura, Quirihue y Ñinquén al norte, junto con Yungay y Pinto al sur.
Pese a que la separación se concretó recién, la «independencia» se decretó el 19 de agosto de 2017. ¿Las justificación? El tamaño de la Región del Biobío que, hasta este miércoles, era la segunda más poblada después de Santiago, llegando a tener sobre los 2 millones de habitantes. Ahora, 480 mil de esos ciudadanos serán de la nueva región.
Pero no es la única razón. Así al menos lo precisó a Publimetro el diputado Frank Sauerbaum (RN), quien fue electo por la entonces Provincia del Ñuble; una que incluía todas las zonas de la nueva región más Cabrero y Yumbel. Ahora estas últimas dependerán de la Provincia del Biobío.
«Tiene que ver con el retraso que tiene los sectores rurales. Ñuble sufrió la postergación en cosas básicas, como el abastecimiento del agua potable, cosa que en Concepción ni siquiera es tema. La conectividad, considerando que tenemos 24% de los caminos pavimentados. Y así, el tratamiento de la pobreza, el envejecimiento de la región y el fomento a la agricultura», precisó el parlamentario.
Para la primera dama, Cecilia Morel, también hay una razón histórica. Cuna de artistas como Violeta Parra y Víctor Jara, además de héroes patrios como Bernardo O’Higgins y Arturo Prat. «Hoy se concreta oficialmente un viejo anhelo que la ciudadanía de esta hermosa región comenzó a demandar en 1997, argumentando con justa razón tener una identidad propia”, afirmó.
Cuestiones prácticas
Más allá del nombramiento de nuevas autoridades como el intendente Martín Arrau y los gobernadores de Itata, Rossana Yáñez (Evópoli), la de Diguillín, Paola Becker (RN) y la Punilla, Cristóbal Martínez (UDI), también habrá implicancias prácticas. Una de estas es tomar un bus de Chillán a Biobío: ahora será técnicamente un viaje interregional.
¿Subirá el pasaje? ¿Qué pasará con las becas? ¿Los beneficios sociales? Daniel Ibáñez, especialista en Ciencias Jurídicas y presidente de la Fundación Participa, aclara que no hay de qué preocuparse.
«A nuestro juicio no debiera variar el pasaje: porque aquí no están variando ni las distancias, ni los peajes. Lo único que cambia es la situación política y administrativa», sostuvo.
Es más, agregó que «no debería afectar normalmente el desarrollo en la vida, ni la postulación a becas o a beneficios. Lo que va a cambiar es cómo se administran los recursos y dónde los postulaban, pero los que tienen algún tipo de beneficio, deberían mantenerlos hasta su renovación».