A inicios de julio, Nahir Galarza (19) fue declarada culpable del asesinato de su pareja Fernando Pastorizzo (20) y condenada a cadena perpetua debido a que los jueces consideraron que fue intencional y ejecutado con frialdad.
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Todo habría sido «pre ordenado» por la joven «desde que Fernando le dijo que no seguía más con la relación”, indica uno de los magistrados según muestran los fundamentos del fallo, liberados el martes y citados por Clarín. Inclusive, acudió a su casa el 28 de diciembre en el marco de su «plan criminal» para acercarse nuevamente a él.
La estudiante de derecho buscó “un lugar apropiado y luego de haber restaurado la confianza con éste, extrayendo el arma cuando el occiso frena la moto, y disparando a quemarropa sin sospechar la víctima que algo así podía ocurrir; ello fue parte de un plan preordenado, rematando al fallecido en el piso, y destacando que los dos disparos que se efectuaron fueron certeros y directos al corazón”, agregó.
«Suponer que por obra del albur o del destino Nahir Galarza apretó el gatillo en dos oportunidades consecutivas, con la fuerza necesaria para poner en marcha el mecanismo de disparo del arma, en los precisos instantes en que el arma estaba direccionada hacia zonas vitales de la víctima, resulta absolutamente absurdo», indicó un juez según recoge La Nación.
Galarza habría mentido mentido en todo su testimonio dando versiones «inverosímiles»: Fernando no la arrojó por la escalera y tampoco zigzagueó la moto. La sentenciada no quiso “pedir ayuda al remisero que pasó por el lugar” y se fue caminando a su casa «evidenciando su accionar doloso».