El S80 Plus es la nueva versión del S80, un submarino de diseño francés que la armada española compró para convertirlo en su nuevo sumergible insignia de alta tecnología. El plan era tenerlo operativo en 2011, pero la crisis económica ralentizó su construcción.
PUBLICIDAD
La construcción del submarino, llamado a renovar la flotilla de sumergibles de la Armada española, no termina de completar una carrera llena de obstáculos.
Primero, el peso excesivo de la nave, que impedía que saliese a flote una vez sumergido, obligó a la Armada a aumentar 10 metros su eslora y 800 toneladas su desplazamiento, con un sobrecoste millonario. La ampliación requería también elevar su desplazamiento de 2.200 a 3.000 toneladas. El nuevo diseño ha elevado el coste del programa S80 Plus de 2.132 millones de euros a 3.907. Básicamente, los cuatro primeros sumergibles de esta nueva clase costarán el doble de lo previsto.
El último episodio se desarrolla en los muelles de la base militar de Cartagena,en Murcia, el que será su futuro hogar: sencillamente, los nuevos submarinos no caben. Lo que ha hecho que el presupuesto de nuevo se dispare: para que quepan los nuevos S80 Plus es preciso dragar y alargar las instalaciones. La obra costará 16 millones de euros más.
Defensa tiene que lidiar también con el coste de los S80 Plus. En el mercado hay submarinos militares equivalentes fabricados por otros países que cuestan entre 400 y 600 millones de euros. Es casi la mitad de lo que cuesta uno de los nuevos sumergibles españoles.
Grandes «picias» de la ingeniería
Un programa de la televisión británica llamado «Grandes Fracasos de la Ingeniería», en el que se hace un recorrido por los errores recientes más sonados en materia de grandes construcciones recoge el caso.
El periodista Justin Cunningham, presentador del programa, asegura que el proyecto costó “3.000 millones de dólares, y tuvieron que torpedearlo cuando se dieron cuenta de que pesaba demasiado para flotar. Mientras lo construían, los ingenieros tuvieron un error de cálculo y alcanzó casi las 70 toneladas. La solución fue alargar el submarino, con un coste de ocho millones de dólares por cada metro extra. Los informes dicen que el error fue que los ingenieros colocaron el punto decimal en el lugar equivocado”.