Durante casi dos semanas, los doce niños y su entrenador de fútbol estuvieron atrapados en una cueva en Tailandia. Fueron nueve días con frío y sin comer, hasta que fueron encontrados por los rescatistas.
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Luego de un arriesgado operativo para sacarlos de la caverna inundada, el equipo salió con vida y casi ileso del peligroso lugar.
Este miércoles fueron dados de alta del hospital de Chiang Rai en donde los trasladaron apenas fueron rescatados.
Pese a que se estimaba que estarían más tiempo internados en el recinto asistencial, el personal médico decidió dejarlos ir un día antes de lo previsto.
Aún así, la preocupación por el estado de salud de estos niños ha dado la vuelta al mundo, razón por la que decidieron realizar una rueda de prensa antes de llegar a sus hogares para retomar su vida normal.
Las preguntas de la rueda de prensa fueron revisadas previamente por un psiquiatra para garantizar la salud mental de los convalecientes, siendo transmitida por distintas cadenas televisivas tailandesas en una franja llamada “Enviando amor a los Jabalíes Salvajes a Casa” que comenzó a las 6 pm de Tailandia (7 am de Chile).
Declaraciones
En la instancia, una pregunta recurrente fue el momento en que supieron que no podrían salir de la cueva.
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Ante esto el entrenador respondió: «Supimos que nos quedamos atrapados a la vuelta, al pasar por ese mismo punto, en ese momento supimos que nos habíamos quedado atrapados, sabíamos que teníamos que mojarnos y nadar».
Además, mencionó que ”No llevábamos nada de comida. Volvimos unos 200 metros y vimos que el agua estaba subiendo, encontramos un sitio donde pasar la noche». “La primera noche rezamos antes de ir a la cama. En ese momento, no tenía miedo porque pensé que el día siguiente el agua habría bajado», agregó.
Respecto al rescate, uno de los niños dio su impresión sobre su contacto con los rescatistas: «Nos dijeron que nos subiésemos a las rocas con más altura y preguntamos cuántos días teníamos que estar aquí. Y nos respondieron que diez días. En ese momento nuestros cerebros estaban funcionando muy lentos, ya no sabíamos nada de matemáticas».
De los doce, uno sabía hablar inglés. Fue él quien actuó de intérprete con los buzos británicos «el buceador que llegó primero no era tailandés y nos sorprendimos, fue un momento de milagro. Tuve que pensar mucho para contestar las preguntas”, precisó el menor.
Sobre cómo sobrevivieron, uno de los niños respondió que bebió «mucha agua para sentirme lleno», información que complementó el entrenador: «No teníamos comida pero seguíamos bebiendo agua e intentábamos cavar para buscar una salida». Otro de los menores añadió que «Bebimos el agua que caía de las paredes de la cueva. No teníamos nada de comida».
Del grupo, el más pequeño tiene tan solo 11 años, quien también narró su traumática experiencia: «La mayoría estábamos muy cansados y muy débiles. Tenía muchísima hambre e intentaba no pensar en comida».
Rescate
Los otros protagonistas de esta historia son los buzos. Un miembro de la marina tailandesa narró su experiencia, asegurando que «una opción era bucear. Otra era esperar un poco a que bajase el agua. Teníamos que esperar las decisiones desde fuera. Tenía mucho miedo porque los niños eran muy jóvenes y no sabíamos si podrían bucear»
«Después de descubrir a los niños, cuatro de nosotros estábamos allí para mantenerles con energía, con salud… Llegamos a un plan que era que a mayor responsabilidad estaba en los rescatadores de fuera», agregó.
Respecto al momento de salir de la cueva, «los rescatistas y yo elegimos quién iba a salir primero», dijo el entrenador. Los niños fueron enfáticos en que su cariño es tan genuino, que nadie estaba interesado por salir primero.
«Preguntamos al médico si había preferencia por sacar a alguien antes. Nos dijo que era indiferente, así que lo dejamos en manos del entrenador«, relató uno de los miembros de la Armada.
Durante la rueda de prensa, los niños hicieron un pequeño homenaje al rescatista que falleció durante el operativo. En la instancia mostraron un dibujo del hombre y lamentaron la pérdida.
Estado de salud
Su pronóstico aún es incierto, pese a que los expertos advierten sobre el peligro que corren los integrantes del equipo infantil “Jabalíes Salvajes” y su entrenador, pues podrían desarrollar trastornos de larga duración debido a su experiencia dentro de la cueva.
Por esta razón es que todos se someterán a un seguimiento psicológico adicional para detectar y prevenir posibles traumas persistentes.