Todos cometemos errores sin querer, pero difícilmente alguno puede ser tan frustrante como destruir la posible evidencia de vida en Marte.
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De acuerdo con una investigación publicada en el Journal of Geophysical Research: Planets, citada por la revista científica N+1, ciencia que suma, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (Nasa) habría quemado accidentalmente muestras recogidas de una sonda enviada hace 40 años.
En 1976, la agencia espacial estadounidense envió dos sondas gemelas a Marte llamadas Viking, las cuales realizaron los primeros experimentos en búsqueda de materia orgánica en el planeta rojo.
A pesar de que se esperaba encontrar moléculas orgánicas debido a las constantes lluvias de micrometeoritos, ambas sondas no encontraron nada, sorprendiendo a los investigadores que estaban tras las máquinas, los que no podían explicar la situación.
Error al descubierto
Pasaron los años, y no fue hasta el 2008 que el módulo de aterrizaje Phoenix de la Nasa encontró una sal extraña cerca del polo norte de Marte, conocida como perclorato, compuesto utilizado para el combustible de cohetes y fuegos artificiales, porque se vuelve explosiva a altas temperaturas, recoge N+1.
En el suelo del planeta rojo las temperaturas imposibilitan la explosión del perclorato. Sin embargo, al entrar en contacto con los módulos de aterrizaje de Viking, toda prueba que confirme o niegue la existencia de vida se habría literalmente quemado por la explosión del compuesto.
Para probar esa hipótesis, Melissa Guzman, del centro de investigación LATMOS en Francia,Chris McKay, del Centro de Investigación Ames de la Nasa en California, y sus colegas exploraron los datos de Viking solo para descubrir que también habían detectado clorobenceno, probablemente de la quema de material orgánico, explica el medio.
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A pesar de eso, Guzmán sigue siendo cautelosa, diciendo que todavía no está 100% convencida de que el clorobenceno se haya formado como resultado de la quema de sustancias orgánicas marcianas.