En mayo del 2017 los investigadores de la Universidad de Chile, y pertenecientes al Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), comunicaron al país y al mundo uno de sus trabajos de investigación con más potencialidades e impacto: una nanoemulsión a base de cúrcuma que inhibió completamente la reaparición y metástasis de tumores al ser aplicada a pacientes animales que tenían cáncer.
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Ahora, vuelven a dar una noticia esperanzadora, la confirmación de la seguridad e inocuidad de la fórmula cuando se aplica en dosis mucho más altas que las requeridas para inhibir la reaparición y metástasis de tumores cancerígenos.
El trabajo liderado por los académicos Andrew Quest, de la Facultad de Medicina, y Marcelo Kogan y Felipe Oyarzún, de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, ha permitido pensar que la formulación analizada podrá ser consumida prontamente por las personas a partir del desarrollo de una bebida que la incluirá.
Cabe mencionar que en la formula que se encuentran trabajando utilizaron uno de los principios activos de la cúrcuma, “la curcumina”, incluyéndola en nanovehículos para asegurar su disolución, protección correcta y promoción de su efecto terapéutico.
“La curcumina es una molécula frágil y muy inestable, cuando se administra sin vehiculizarla -aparte de no tener efecto-, puede desestabilizarse rápidamente. Dentro del nanovehículo que creamos, está protegida durante mucho más tiempo, lo que sería indicativo de un efecto prolongado en el sitio de administración”, detalló el académico doctor Felipe Oyarzún, lo que constituye un nuevo paso en el proceso de investigación que están realizando.
Este un nuevo paso busca promover y aplicar estos beneficios, logrando demostrar que la formulación elaborada protege prolongadamente a la curcumina una vez que se administra en pacientes animales.
Seguridad de la fórmula
Otro de los avances significativos del grupo chileno es la confirmación de la seguridad e inocuidad de la fórmula cuando se aplica en dosis mucho más altas que las requeridas para inhibir la reaparición y metástasis de tumores.
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En esa oportunidad los investigadores aplicaron una dosis que había resultado efectiva, pero para evaluar inclusive aún más la seguridad del vehículo, “le pusimos una dosis que fue 25 veces más alta que la inicial y evaluamos si se presentaba algún indicio de toxicidad; por ejemplo, si se cambiaban los parámetros bioquímicos en sangre o los parámetros de gases sanguíneos, y no hubo ningún efecto», explicó el profesor Oyarzún.
«Es decir, la formulación, inclusive en dosis mucho más altas, es igualmente segura” agregó, detallando que esta situación abre aún más posibilidades a esta investigación en curso, ya que se podrían administrar altas dosis en etapas más complejas de la enfermedad.
Lo anterior demuestra que la fórmula es “muy segura y podríamos no limitarnos con la cantidad a administrar, eso podría tener un efecto, por ejemplo, en un paciente que sufre de un cáncer mucho más agresivo o que esté en una etapa particularmente complicada”, dijo Oyarzún, quien también señaló que el equipo espera que la fórmula pueda ser evaluada prontamente en pacientes humanos.
Comercialización
Los investigadores explicaron que en un trabajo conjunto con una empresa chilena ya se están desarrollando bebidas con la formulación de los académicos U. de Chile/ACCDiS, para que llegue al mercado en un plazo estimado de tres a cinco meses.
Tras la licencia entregada a tal empresa, las personas podrán consumir la bebida que tendrá incorporada la formulación en su contenido.Además, el equipo espera prontamente poder obtener los recursos suficientes para el desarrollo de un medicamento.
Una situación que según Oyarzún, sería ideal pues «podríamos evaluar la formulación en distintos tipos de cáncer y ensayar dosis en humanos. Al final, lo ideal es tener claridad acerca de los tipos de cáncer que serían más susceptibles a la formulación, las dosis requeridas para tal efecto, y las mejores vías de administración (oral, luego de extirpar un tumor, etc.)».
«Este es un proceso mucho más lento pues se requiere de otro nivel de recursos, con los que no contamos, y ojalá del aporte de una empresa farmacéutica. En este sentido estamos complicados pues, sin estos recursos, es muy difícil proseguir con el desarrollo y la obtención de un medicamento. La colaboración de profesionales de la salud, con experiencia y con las ganas de llevar a cabo estudios clínicos, también sería de gran ayuda y haría más veloz este proceso, por lo que estamos muy abiertos en este sentido y muy disponibles para colaborar”, concluyó el académico.