El robo de datos, contraseñas y platas bancarias producto de ataques cibernéticos parece ir al alza en todo el mundo, y Chile no es la excepción. El polémico caso del Banco de Chile el 23 de mayo pasado –que terminó con más de US$10 millones perdidos– no dejó indiferente a nadie, abriendo nuevamente el debate: ¿qué tan protegidos estamos frente a este tipo de delitos?
En la WiFi Alliance, organización internacional sin fines de lucro que certifica la seguridad de las redes, decidieron alzar la voz y anunciaron la aplicación de un nuevo protocolo de seguridad para internet, el que comenzaría a operar en 2019. Se trata de la red WPA3 -por sus siglas en inglés, “Accesos Protegidos de Wifi”-, que busca mejorar las falencias de su antecesor (WPA2), las cuales facilitaban el trabajo para cientos de hackers de todo el globo a la hora de robar información y realizar ataques, especialmente a instituciones bancarias.
“Lo que se busca es darle mayor robustez a las redes inalámbricas. Aunque el wifi sea abierto, como en el caso de los malls o cibercafés, le será muy complejo a los hackers entrar para robarse tus datos o claves de tarjetas”, explica el director de Ingeniería Civil Informática de la Universidad San Sebastián, Dagmar Pearce, quien agrega que las transferencias de dinero también se verán más protegidas: “Si comparamos internet con una carretera, es como si se hicieran más ‘controles de seguridad’ en el camino a todas las personas que transitan por ahí, elevando los estándares de las transacciones”.
Por su parte, el investigador del Centro de Investigación en Ciberseguridad de la U. Mayor, Claudio Casado, afirma que este nuevo protocolo “trae un canal seguro donde toda la comunicación estará cifrada, por lo que aunque un hacker logre entrar, no verá la información clara, sino que ‘codificada’ de tal forma que no la podrá leer tan fácilmente”. Por otro lado, el académico recalca que esto aplica sólo para las señales de wifi, no para el 3g o 4g.
¿Cambio de equipos?
Según los expertos, el anunciado WPA3 era algo urgente, puesto que su actual versión ya había logrado ser leída, descifrada e incluso manipulada por los hackers. Sin embargo, advierten que esta “actualización” no necesariamente se aplicará de forma automática a todos los “módems” y “routers” de internet.
“No es que todos vayan a quedar obsoletos, pero es posible que algunos dispositivos, diseñados en primera instancia para el WPA2, no resistan el WPA3”, señala Perce. “Si bien la mayoría se actualizarán mediante ‘parches’ del mismo modo que se actualiza el sistema operativo de un computador, todo dependerá de la antigüedad de cada equipo”, agrega.
De todas formas, Casado afirma que “la actualización debería correr por cuenta de las empresas operadoras. Mi compañía de internet debería ser la encargada de cambiar mi módem en caso de que sea muy antiguo, por lo que las personas no tendrían que incurrir en ningún gasto”, aclara.