Después del gran alivio de localizarlos con vida, los rescatistas en Tailandia se enfrentan ahora al desolador reto de sacar a 13 individuos debilitados de una red de cuevas inundadas. Desalojar al grupo será difícil y peligroso, afirman expertos.
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A pesar de que se han estado bombeando 10.000 litros de agua a la hora de las cuevas, esto no es suficiente para reducir el nivel del líquido, una situación que se ve dificultada además porque se esperan más lluvias en los próximos días. El proceso de rescate también está obstaculizado por el hecho de que los menores, de entre 11 y 16 años, no saben nadar, y deberán ser entrenados en buceo.
Buzos experimentados en cuevas piensan que la evacuación podría ser lograda si los niños portan máscaras completas, en vez de intentar entrenarlos para que usen el equipo de respiración más sofisticado de buceo. Un funcionario naval tailandés se refirió a una aterradora opción que sería usada en el peor de los casos: dejarlos en la cueva durante cuatro meses, hasta el final de la temporada de lluvias.
Tham Luang es una de las cuevas más profundas de Tailandia, con más de 10 kilómetros, y su acceso es complicado, especialmente porque la cueva está inundada. “Bucear en una cueva es algo muy técnico y extremadamente difícil, para un buceador sin formación”, aseguró Anmar Mirza, coordinador de la Comisión Nacional Estadounidense de Rescate en Cuevas. “Así que probablemente estén mejor si les proveemos (de avituallamiento) en la cueva hasta que puedan salir de otra manera”.
Además, la temporada de lluvias acaba de comenzar, y se extiende, generalmente, hasta principios del mes de noviembre, por lo que las tareas de rescate podrían prolongarse hasta finales de año si ninguna de esas soluciones funciona. Sin embargo, el tiempo corre en contra ya que se esperan fuerte lluvias en los próximos días. “Nuestra mayor preocupación es que se desesperen y que se metan en el agua”, concluyó el especialista Anmar Mirza.