Las plazas que rodean la Moneda son los espacios más cercanos al palacio de gobierno. Por eso los monumentos que existan en esos lugares son tan relevantes. Hasta ayer en la Plaza de la Constitución había estatuas de un estadista y tres presidentes. Los monumentos datan de los ’90, y se hicieron como un gesto de reconciliación post-dictadura.
Una interpretación dice que Diego Portales representa la organización estatal del siglo XIX, mientras que Jorge Alessandri Rodríguez, Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende simbolizan a la derecha, centro e izquierda política chilena, respectivamente.
A esos cuatro «destacados protagonistas de la historia de Chile», se sumó hoy el radical Pedro Aguirre Cerda, que gobernó nuestro país entre 1938 y 1941. Conocido como «el Presidente de los pobres», fue el primero de los tres gobiernos radicales que hubo en Chile el siglo pasado.
Fiel al lema con el que llegó a la presidencia, «Gobernar es educar», el profesor Pedro Aguirre Cerda creó 500 escuelas y aumentó casi seis veces la cantidad de alumnos, creó la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), y recibió exiliados de guerras europeas, entre otras acciones que lo dejaron en la historia como un visionario con vocación por el servicio público.
El monumento
La idea de llevar a Pedro Aguirre Cerca a la Plaza de la Constitución lleva casi una década. En 2012 el Partido Radical pidió trasladar la estatua del ex-presidente en Paseo Bulnes, pero la solicitud no fue aceptada por no tener relación estética con las otras esculturas de la Plaza.
Fue la Gran Logia de Chile, organización a la que perteneció el presidente radical, quien financió la obra inaugurada hoy. La figura de bronce sobre hormigón fue creada exclusivamente para la Plaza de la Constitución, y cumple con los cánones existentes ahí.
En la ceremonia, organizada por la masonería, Piñera repitió que el “esfuerzo y el compromiso de nuestro Gobierno es mejorar la calidad de la educación en todos los niveles, porque todavía, a pesar de que Chile ha sido un pionero en materia de educación, la calidad de la educación en nuestro país es deficiente; no es lo que el país necesita, ni menos en este siglo de la sociedad del conocimiento y la información.”
El mandatario comparó la necesidad de alfabetización del siglo pasado, con las nuevas exigencias que el futuro trae para la educación. El uso de tecnologías y la ampliación de la cobertura de los niveles pre-escolares, estuvieron en el foco de su discurso.