Este domingo el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, pidió perdón a todos los homosexuales por las décadas de sufrimiento e injusticias vividas a raíz de las represivas leyes de la era nazi que se perpetraron incluso después de la Segunda Guerra Mundial.
La intervención tuvo lugar durante un acto que conmemoró la persecución a la comunidad gay sufrida bajo el régimen de Adolf Hitler.
“Llegamos tarde”, reconoció el líder alemán ante el monumento a las víctimas homosexuales del Tercer Reich, construido hace una década en el parque berlinés de Tiergarten.
El céntrico megalito de cuatro metros de altura rinde homenaje a las 7 mil víctimas pertenecientes a la comunidad LGBTI+ que perecieron en campos de concentración durante la época del nazismo y a los más de 54 mil procesados por su orientación sexual entre 1933 y 1945.
Cabe destacar que el trato injusto hacia esta comunidad se vivió también durante la época posterior a la guerra, en ambas partes de la entonces dividida Alemania, en donde la homosexualidad fue considerara como un delito hasta 1994.
«Como presidente federal es importante para mí decírselo: su país les ha hecho esperar demasiado tiempo”, expresó el mandatario quién además agregó que “es por esto que pido perdón hoy, por todo el sufrimiento e injusticia, y el silencio que lo sucedió”.
Además, Steinmeier afirmó que buscará proteger a «todos los gays, lesbianas y bisexuales, a todos los transexuales e intersexuales” en la Alemania actual.
Artículo 175
En Alemania existió hasta 1994 el artículo 175 del código penal, el que penaba las relaciones homosexuales entre personas de sexo masculino.
Durante el régimen nazi fue endurecido y entre otras cosas, se incrementó la pena máxima de seis meses a cinco años de prisión, bajo el argumento de que la homosexualidad consistía en una “muestra de degeneración racial que podría transmitirse, como vicio, de unos individuos a otros”.
En 1968, la República Democrática Alemana (RDA) -la parte comunista del país durante la Guerra Fría- abolió completamente esta ley, sin embargo, en la llamada “Alemania oriental” solamente se suavizó para evitar nuevas condenas de cárcel.
Recién el año pasado el gobierno de Angela Merkel suspendió todas estas condenas y aprobó una indemnización de 3 mil euros para cada uno de los condenados, además de establecer el pago de 1.500 euros por cada año que pasaron en la cárcel. Se estima que unas 5 mil personas afectadas por esta ley siguen vivas.