Son 33 representantes de la Iglesia chilena los que acudieron al llamado que hizo el Papa Francisco para analizar juntos, en el Vaticano, el plan de acción ante las acusaciones de encubrimiento que pesan en la curia nacional. De los que llegaron allá 31 son obispos diocesanos y auxiliares mientras que dos son eméritos. Sólo Dios sabe cuántos de ellos volverán en el mismo puesto en el que partieron.
Ello pues tras las distintas reuniones que se sostendrán entre este 15 y 17 de mayo se esperan cambios. Así al menos lo indica la misma prensa oficial del Vaticano, que mediante un comunicado señaló que «el objetivo de este largo ‘proceso sinodal’ es discernir juntos, en la presencia de Dios, la responsabilidad de todos y cada uno en esas heridas devastadoras, así como el estudio de los cambios adecuados y duraderos que impidan la repetición de actos siempre reprobables».
Reacciones
La expectación que hay en torno a este evento ha provocado diversas reacciones. La más curiosa fue la del cardenal Francisco Javier Errázuriz, quien viajó a Roma pese a que inicialmente tenía pensado quedarse en Chile.
«El Papa es capaz de hacer cosas originales, pero muy esperanzador y eso espero que sea la reunión. No soy profeta y menos con este Papa que tiene una capacidad enorme de hacer cosas imprevistas, como la misma carta que le mandó a los obispos de Chile», indicó a CNN Chile a su llegada a la capital italiana.
No obstante, lo que más provocó ronchas en Chile fue cuando acusó a la prensa de darle una vasta cobertura a las víctimas de abusos sexuales de Fernando Karadima -James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo- y no en la misma proporción a la Iglesia. Según él, esto tergiversa los hechos.
«Buscan primero el insulto y después quieren que le responda», reclamó Errázuriz, visiblemente molesto.
Estas palabras fueron respondidas de inmediato por Murillo. «Debiera dar explicaciones a Chile y el mundo por el encubrimiento, en lugar de culpar a víctimas, nuevamente. Inaceptable su comentario», escribió en Twitter.
Acusaciones de encubrimiento
Los reparos iniciales de Errázuriz a asistir a la cita son leídos por las víctimas de Karadima como una señal de inquietud de parte del arzobispo emérito por lo que el Papa pueda decir.
Todo luego que el grupo hiciera acusaciones de encubrimiento cometidas no sólo por el obispo Juan Barros, sino que también por el mismo Errázuriz e incluso el cardenal Ricardo Ezzati.
Cabe recordar que el insólito llamado se gestó en abril pasado cuando el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, terminó el encargo que le hizo el Papa: investigar qué había de cierto en las acusaciones de encubrimiento en la Iglesia chilena.
La idea original era que toda la curia llegara al Vaticano, pero no se pudo: el obispo Andrés Arteaga no viajó por su Parkinson avanzado, mientras que el arzobispo Bernardino Piñera y el cardenal Jorge Medina no asistirán por su avanzada edad.