En medio de las masivas protestas que llenan las calles de España, indignadas con la sentencia contra «La Manada» por abuso sexual continuado y no por violación, una nueva víctima del grupo reunió fuerzas para sacar la voz.
«La chica de Pamplona no está sola. Yo estoy a su lado», cuenta la joven, cuya identidad no ha sido revelada, en entrevista con El Español.
El ataque
Era el 1 de mayo del 2016, dos meses antes del ataque a la joven en San Fermín, cuando la nueva denunciante fue presuntamente víctima del grupo español.
La joven cuenta al medio que iba durmiendo dentro de un choche, quizá drogada, camino a Pozoblanco, Cordoba, tras pasar la noche en fiestas locales de Torrecampo, cuando integrantes de «La Manada» la toquetearon, besaron y, al igual que el caso anterior, grabaron los abusos.
En un video de 46 segundos, encontrado en el móvil de uno de los implicados, se ve a la mujer entre el militar Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena y el peluquero Jesús Escudero, mientras que el guardia civil Antonio Manuel Guerrero conduce el automóvil y José Ángel Prenda va a su lado. Sólo faltó Angel Boza que no se encontraba en el lugar.
El grupo de amigos se mofa y entre todos tocan los pechos de la mujer. Cabezuelo, que la tiene abrazada, la besa sin que ella haga algún signo de acompañamiento.
«Esto es Pozoblanco y esto es la manada», dice el guardia civil antes de concluir el video.
Denuncia
Tras encontrar los videos entre las pertenencias de los detenidos, la policía contacta a la víctima que aún no realizaba ninguna denuncia.
Sin embargo, luego de la decisión de los jueces que estableció que los cinco sevillanos fueron culpables de abuso sexual y no de violación la joven del caso de Pozoblanco decidió denunciar.
«Voy a ir hasta el final en este caso (…) No voy a hundir a nadie, pero sí quiero que se haga Justicia», cuenta y especifica que lo hace para ayudar a la víctima de San Fermín.
Fuentes policiales dicen al medio El Español que ya se está investigando el caso.