El supuesto ataque químico del lunes contra un poblado rebelde en Siria y la ofensiva aérea contra una base siria que Damasco y Moscú atribuyen a Israel, incrementaron las tensiones en la inestable región de Medio Oriente y la posibilidad de represalias por parte de Estados Unidos.
El momento de los ataques en la provincia central de Homs, horas después de que el presidente estadounidense Donald Trump dijo que habría “un precio muy alto que pagar” por el ataque con armas químicas, generó dudas sobre si Israel actuó por su cuenta o como representante de Estados Unidos.
Los ataques aéreos contra la base siria causaron la muerte de 14 personas, incluyendo 4 iraníes, según varios reportes.
El enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, advirtió al Consejo de Seguridad que los recientes eventos han arrastrado a actores nacionales, regionales e internacionales “a situaciones peligrosas de una confrontación potencial”.
Israel no comentó el lunes sobre el ataque con misiles. El Estado judío por lo general no comenta sobre los numerosos ataques aéreos que ha lanzado en Siria durante la guerra civil.
La velocidad con que se desarrollan los hechos amenaza con incrementar las tensiones entre Estados Unidos y Rusia, que en el pasado ha advertido a Estados Unidos que no ataque al gobierno del presidente Bashar Assad.
Irán, aliado clave de Assad, condenó los ataques aéreos, en los que señaló que murieron cuatro iraníes, entre ellos un coronel y un miembro de la fuerza aeroespacial de la Guardia Revolucionaria.
El lunes, Trump condenó el “ataque atroz” en Siria y dijo que “probablemente al final del día” tomará una decisión sobre la respuesta de Estados Unidos, luego de reunirse con sus asesores militares.
“Nada está descartado”, advirtió el mandatario.
“Que si es Rusia, o es Siria, o Irán, o si fueron todos juntos, lo averiguaremos”, dijo. “Todo el mundo va a pagar un precio. Él lo hará, todos lo harán”, dijo en referencia al mandatario ruso Vladimir Putin.