Sospechaban de un motín, por lo que la policía boliviana diseñó un "megaoperativo" con 2.300 efectivos en la cárcel de Palmasola, la más grande de Bolivia y ubicada cerca de la ciudad de Santa Cruz (Oriente).
La incursión se tradujo en enfrentamientos violentos que dejaron siete presos muertos y más de 20 heridos, entre ellos seis policías.
"Hoy podemos decir a la población que hemos tomado el control del penal de Palmasola", dijo el viceministro Interior, José Luis Quiroga.
El funcionario informó que el operativo encontró plantaciones de marihuana, caletas de otros estupefacientes, armas de fuego y una destilería de alcohol.
Mientras tanto, decenas de personas se encontraban fuera de la prisión protestando y en busca de información sobre sus familiares presos.