Era el 1 de febrero de 1968 y Saigón, capital de Vietnam del Sur vivía un momento de alta tensión, quizás el más complicado desde el comienzo de la guerra con el norte comunista, que había empezado en 1955.
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Comunistas por todos lados
En los últimos días de enero de 1968 la situación en la guerra de Vietnam parecía estancada y las fuerzas del sur, apoyadas por tropas de Estados Unidos, parecían tener controlada la situación. Se acercaban negociaciones a mitad de 1968 y militarmente el bloque anticomunista daba señales de clara superioridad, ante la potencia bélica de EEUU.
Para cerrar el escenario, el pueblo vietnamita vivía una época de fiesta, el año nuevo lunar o fiesta del Tet, así que muchos efectivos del ejército del sur gozaban de permiso para descansar, dado que el frente parecía estar tranquilo. En Saigón reinaba un ambiente de distensión.
Pero en Hanoi, la capital de norte, la situación era diametralmente opuesta. Ho Chi Minh quería dar un golpe de gracia al sur y sellar la unificación de la nación bajo la administración comunista. La lectura que hacía el líder del norte era que el nivel de descomposición en que encontraba el gobierno dictatorial del sur era tal, que una ofensiva a gran escala desataría una explosión popular y toda la administración pro Estados Unidos caería.
Para llevar esto acabo estaba su general más brillante: Vo Nguyen Giap, quien ideó un plan sin precedentes. Infiltró todas las ciudades importantes del sur con soldados del ejército del norte o del viet cong. En una primera fase, más de 100 mil efectivos comunistas vestidos se civil estaban en territorio del sur.
Y el 30 de enero de 1968 comenzó la llamada ofensiva del Tet. Giap desató un verdadero infierno, pues nadie podía diferencias las fuerzas comunistas de la población civil, el ejército del sur estaba desarticulado y las tropas estadounidenses se encontraban totalmente sorprendidas y sobrepasadas.
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En 3 días, las fuerzas comunistas atacaron 36 de las 44 capitales provinciales del sur, cinco de las seis ciudades autónomas, 64 de las 242 capitales de distrito y Saigón estaba copada de comunistas. Incluso, la embajada de Estados Unidos fue víctima de un intento de asalto por el Viet Cong.
Todo era un caos y las fuerzas del norte realizaban guerra urbana sin discriminar a civiles y militares. Rápidamente la situación se transformó en una carnicería por ambos bandos, donde los civiles pagaron un alto costo en vidas.
La foto
En este contexto encontramos a los dos personajes de la fotografía: Nguyen Ngoc Loan, general del ejército de Vietnam del Sur y jefe de la policía nacional, y el miliciano del Viet Cong Nguyen Van Lem.
El 1 de febrero de 1968, hace 50 años, en plena ofensiva del Tet y con las calles de Saigón convertidas en ríos de sangre ante la arremetida comunista, una patrulla militar del sur lleva esposado a Van Lem. En eso aparecevNgoc Loan y pese a la presencia del fotógrafo de AP, Eddie Adams, y del camarógrafo de la cadena estadounidense NBC, Vo Suru, desfondó su arma y le dio un tiro en la sien al miliciano, que se encontraba esposado.
La foto de la cobarde ejecución capta el momento preciso en que la bala penetra la cabeza del Viet Cong y fue publicada en portada por el The New York Times.
Adams se ganó el premio Pulitzer y la imagen se transformó en un ícono de la lucha antibélica al interior de Estados Unidos. Su impacto en la opinión pública norteamericana fue terrible. EEUU apoyaba a bárbaros que no dudaban en asesinar a un combatiente desarmado y esposado.
El general Ngoc Loan cayó en desgracia ante las fuerzas de EEUU y en poco tiempo después fue dado de baja. El ex militar cayó en una profunda depresión y tras la guerra se exilió en Estados Unidos. Ahí abrió una pizzería en Virginia, hasta que en 1991 su verdadera identidad fue expuesta y tuvo que cerrar y huir. Terminó viviendo en la Estado de Washington, donde murió de cáncer en 1998.
El general nunca superó aquel día 1 de febrero de 1968.
El mea culpa de Adams
Pero esta historia tiene otra cara, que va más allá de la brutalidad de aquella ejecución cobarde. Y esa verdad atormentó al fotógrafo autor de la imagen. El propio Adams explicó su sentir en una entrevista: “El general mató a un viet cong con la pistola. Yo maté al general con mi cámara fotográfica. La fotografía es el arma más poderosa del mundo. La gente las cree, pero las fotos mienten, incluso sin ser manipuladas. Sólo son medias verdades.
“Lo que la fotografía no preguntaba era : ¿Qué hubieras hecho tú de haber sido el general en aquel momento y de haber sido tú el que capturó al supuesto tipo malo después de que hubiera volado por los aires a uno, dos o tres soldados americanos?.
“Este tipo es un héroe. Combatía en nuestra guerra, por su pueblo. Había ayudado a construir un hospital en Saigón. Acababa de asistir a la masacre de varios de sus compañeros”, declaró Adams.
La historia que no decía la foto es que aquel viet cong había sido capturado después de haber matado a 34 personas, la mayoría efectivos de la policía, a sus familiares y seis menores de edad que eran ahijados de Ngoc Loan, todos habían sido maniatados y rematados con disparos en la cabeza.
Cuando falleció el general Ngoc Loan en 1998, Adams mandó una corona de flores y una nota a la familia del ex soldado en que se leía: “Pido disculpas, mis ojos están llenos de lágrimas”.
Eddie Adams falleció en 2004 a los 71 años. Tras cubrir la guerra de Vietnam nunca más quiso volver a seguir un conflicto bélico y se dedicó a fotografiar celebridades, porque “no te arrebatan nada tuyo”.