«El día que me traigan una prueba, voy a hablar. No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia». Esas palabras, señaladas por el papa Francisco a una periodista de la Radio ADN, causaron controversia en el país.
En ellas, hacia alusión a la molestia generada por la presencia del obispo de Osorno Juan Barros en las actividades del Sumo Pontífice en el país, pese a ser acusado de ser encubridor de los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.
Los dichos de Francisco se dieron dos días después que pidiera perdón en nombre de la iglesia por los abusos cometidos por religiosos, por lo que su defensa a Barros causó revuelo nacional.
Ante esto, el Papa fue consultado sobre sus palabras por periodistas naciones y las reacciones que estas provocaron en el país, en medio del vuelo de retorno de Jorge Bergoglio al Vaticano tras finalizar su recorrido en Perú.
En ese marco, Francisco ofreció sus disculpas a las víctimas de los abusos de Karadima, aunque insistió en la inocencia del obispo Barros.
«La palabra prueba es la que me traicionó, yo hablaría de evidencia. Yo sé que hay mucha gente abusada que no puede tener una prueba, no la tiene y que no puede o a veces la tiene, pero tiene vergüenza y la tapa y sufre en silencio», señaló el Papa.
«Les pido perdón a ellos si los herí sin darme cuenta, fue una herida sin querer», enfatizó el Sumo Pontífice, quien de paso se excusó ante el resto de los periodista por responder en español, afirmando que «quería dejar esto claro a los chilenos».
«La palabra prueba ha herido a tantos abusados, ‘yo tengo ahora que ir a buscar un certificado sobre esto…’ (…) Sé cuánto sufren y sentir que el Papa les dice en su cara: ‘tráiganme una carta’ es una cachetada. Y ahora me doy cuenta que mi expresión no fue feliz, porque no pensé en eso y entiendo como dice el apóstol Pedro en una de sus cartas, el incendio que se levantó. Esto es lo que puedo decirte con sinceridad. Barros seguirá ahí si no encuentro forma de condenarlo, yo no puedo condenarlo si no hay, no digo pruebas, evidencias», agregó.
Respecto a por qué decidió responder sobre el tema, expresó que «por lo que recuerdo, estaba entrando y una periodista de Iquique me preguntó, ‘en Chile tenemos el gran problema del obispo Barros, ¿qué piensa?’. Primero pensé respondo o no, y dije que sí, porque había sido obispo de Iquique, y una feligresa me lo preguntó. Y dije: el día que tenga pruebas, voy a hablar».
Por último, el Papa llamó a quienes quieran aportar pruebas, que lo hagan, remarcando que tendrá el «corazón abierto a recibirlas».