Economía

Las habilidades “socio-emocionales” que serán más demandadas en el mercado laboral

Son éstas y no solo los conocimientos duros las claves para ser exitoso en el trabajo, según especialista.

¿Se ha preguntado alguna vez por qué ciertos atributos o rasgos vinculados a la personalidad o forma de ser de un individuo, y que inciden en su éxito laboral, son llamadas por algunos como “habilidades blandas”?

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Sin embargo, este calificativo  sólo viene a restar relevancia a aquellas capacidades que las empresas están demandando, cada vez más, en los trabajadores. Así, al menos, lo afirma Andrés Cardemil, CEO & fundador de la consultora Human Net, especializada en la externalización de procesos y funciones.

Según este ejecutivo, tal adjetivo tiende a quitarle peso o valor a una habilidad que puede ser desarrollada en el tiempo y que para un cargo o empleo específico puede resultar relevante y marcar la diferencia.

“Estas habilidades mal llamadas blandas se relacionan más con aspectos sociales de una persona como, por ejemplo, su capacidad de comunicación, lo que establece una diferencia con los demás individuos y agrega valor a su perfil profesional», dice el experto

Es por ello que propone en esta materia usar de preferencia el calificativo de “socio-emocionales”, pues ese término se ajusta más a la realidad de dichas capacidades, apunta.

“Estas habilidades mal llamadas blandas se relacionan más con aspectos sociales de una persona como, por ejemplo, su capacidad de comunicación, lo que establece una diferencia con los demás individuos y agrega valor a su perfil profesional. Esto es un factor relevante en estos tiempos, sobre todo por el impacto que tiene el trabajo en equipo o la adaptación a los cambios en una economía que es cada vez más colaborativa y dinámica”, destaca Cardemil.

Agrega que las habilidades técnicas o “duras”, en tanto, se relacionan con la educación formal y con los conocimientos que se adquieren en un centro formación técnica, instituto profesional o universidad.

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“Si bien dicho modelo permite cursar una carrera y obtener un título, ello no garantiza que la persona será exitosa en el mundo laboral. Por el contrario, son las habilidades socio-emocionales las que mayor influencia tienen en aquello”, afirma.

Doce habilidades claves

En este sentido, Cardemil menciona las siguientes habilidades socio-emocionales como las que, según él, más demandará el mercado laboral chileno:

  1. Creatividad. Es decir, aquella capacidad para generar propuestas originales en base a nuevas ideas o conceptos.
  2. Capacidad para trabajar en equipo. Habilidad que busca aprovechar las sinergias que nacen del trabajo mancomunado de un conjunto de personas con fortalezas y capacidades diferentes, en donde el resultado final es mayor que el aporte individual.
  3. Comunicación. Poder para transmitir e intercambiar información entre dos o más personas. “En una economía de colaboración en donde priman los liderazgos horizontales, contar con esta habilidad es clave para alcanzar el éxito”, recalca el CEO de Human Net.
  4. Resolución de problemas. Consiste en la búsqueda de soluciones que den respuestas a situaciones que lo requieren, para así poder avanzar y alcanzar los objetos planteados.
  5. Resiliencia. Capacidad para sobreponerse al fracaso. Es una forma que permite aprender o sacar lecciones de aquellas situaciones difíciles que puede enfrentar un individuo.
  6. Capacidad de Escuchar y Empatía. Saber escuchar es clave para lograr una comunicación eficaz. Consiste en enfocar la atención y demás sentidos en aquello que se está recibiendo. Empatía, en tanto, es una habilidad que consiste en ponerse en el lugar de la otra persona, es decir, saber lo que ella siente o puede estar pensando en un momento determinado.
  7. Adaptación a los cambios. En un mundo de transformaciones, es crucial adaptarse rápidamente a los cambios para así sobrevivir a ellos. En este sentido, la flexibilidad y capacidad para interpretar o leer el entorno es de gran ayuda para mantenerse vigente y avanzar.
  8. Proactividad. En términos sencillos, implica contar con iniciativa propia, con un motor que contribuya a ponerse en movimiento, empujar los cambios y alcanzar las metas planteadas. Lo contrario a ello es ser reactivo, es decir, esperar que las cosas sucedan por sí solas o como resultado del azar.
  9. Orientación al servicio. Esto implica entender las necesidades de los clientes o usuarios que compran nuestros productos o servicios. Preocuparse de conocer su opinión sobre nuestra oferta comercial y recibir de buena manera sus críticas o comentarios, con una marcada visión de mejora continua en el tiempo.
  10. Asertividad. Capacidad de un individuo de dar a conocer lo que piensa o siente en un momento determinado, en los términos y formas adecuadas. También puede entenderse como la habilidad para comunicar y defender los derechos e ideas propias. 
  11. Autodominio y capacidad de centramiento. El primero consiste en la capacidad de controlar los impulsos y reacciones frente a las diferentes situaciones que se viven diariamente. El segundo concepto se vincula con el campo del coaching y la meditación, y apunta a lograr foco en el presente, armonía y claridad mental, entre otros aspectos positivos.
  12. Perseverancia. Corresponde a la constancia que un individuo muestra en cualquier ámbito de su vida, ya sea alcanzando las metas que se ha fijado o superando los obstáculos surgidos en el camino.   

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